El estado de la educación como inversión en América Latina

“La educación es el pasaporte al futuro, porque el mañana pertenece a los que se preparen para él desde hoy.” Malcolm X

 

24 de mayo de 2017.

La semana pasada el Banco Mundial presento en México el resultado de una investigación relativa al estado de la educación superior en América Latina y el Caribe. Se trata de un documento de gran importancia, porque analiza cuáles la evolución de la educación superior y su impacto en términos de ingresos para la sociedad, especialmente para los sectores de menor ingreso.

El documento destaca que América Latina ha presentado una expansión extraordinaria de la educación superior, particularmente entre los sectores de menor nivel de ingreso. El acceso a la educación ha crecido de tal forma, que la tasa promedio de la matrícula pasó de 21% en el año 2000 al 43% en el 2013.

El estudio se centra fundamentalmente en un aspecto crítico: cuales son los retornos financieros que tienen los estudiantes por contar con educación superior; específicamente en el caso de la educación privada, cuyos costos requieren ser recuperados por los propios estudiantes y sus familias.

El crecimiento en el acceso a la educación superior está favoreciendo a los sectores menores ingresos, pero aún persiste una notoria desigualdad en términos de acceso absoluto para los sectores de mayor nivel de ingreso en cada país. Un joven que pertenece al 20% superior de la distribución de ingresos, tiene una probabilidad de 45 puntos porcentuales más de probabilidad de acceder a la educación superior, que los jóvenes que provienen de los sectores de menor nivel de ingreso.

Otro elemento importante, se refiere a que la evidencia muestra que existen grandes diferencias en términos de la rentabilidad futura de la educación, para efectos de la recuperación – a través de salario en el empleo – dada la diversidad y diferencias en empleabilidad que tienen las distintas carreras y áreas de estudio.

Una de las grandes carencias existentes hoy, es la información adecuada para padres y futuros estudiantes, que les permitan decidir con mayor claridad, cuáles son las carreras que además de adaptarse mejor a sus condiciones personales y de perfil, pero que simultáneamente tienen mejores expectativas en términos una rápida inserción del mercado laboral y una expectativa salarial inmediata y en el tiempo, adecuada para garantizar el retorno de su inversión educativa.

El tema se vuelve más importante, por el crecimiento acelerado que tiene el sector privado en la educación superior. Como resultado de las restricciones presupuestales que enfrentan la mayoría de los países, la posibilidad de incrementar los espacios de educativa pública se ha visto limitada.

Otro dato relevante del estudio es que la expansión de la educación (especialmente la privada), no necesariamente se ha visto aparejada con una expansión de la calidad de la misma.

La deserción sigue teniendo como componentes importantes la capacidad económica de las familias, pero también, en muchos casos, la percepción de los estudiantes sobre la poca contribución a su desarrollo profesional futuro que los programas de estudio les brindan.

Finalmente, si bien ha aumentado la diversidad de instituciones que ofrecen educación superior, con distintos esquemas y capacidades técnicas y educativas, en América Latina aún no se presenta una diversificación clara en términos de las áreas de conocimiento. La mayoría de los jóvenes siguen concentrándose en áreas de estudio que, en muchos casos, no tendrán retornos relevantes por su inversión y en otros presentan panoramas poco favorecedores para los mercados laborales en la región.

Probablemente la conclusión más relevante del documento, es la necesidad de que las familias y los futuros jóvenes universitarios, asuman con mucha mayor responsabilidad el estudio de las alternativas que se les presentan y planeen con adecuada anticipación los costos inherentes a la educación, lo que les permitirán acceder a una educación de calidad, que se traduzca en un desarrollo profesional posterior pleno.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, columnista en El Economista y  director general de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo.

 

 

 

 

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