Como se esperaba, el Banco de México mantuvo sin cambio su tasa de fondeo (7.0%), nivel al que parece cómodo preservar en los siguientes meses.

Las condiciones de los mercados financieros se mantienen favorables, a pesar de las tragedias naturales (huracanes y sismos), observando tasas de interés de mediano plazo en el mercado secundario cotizando por debajo de un día. Además, la inflación parece haber alcanzo un techo y esperan que confirme una tendencia a la baja en términos anuales para los próximos meses.

Como primer análisis espera una afectación marginal y temporal en la actividad económica e inflación por causa de los 2 terremotos sufridos el 7 y 19 de septiembre. De cualquier forma, deterioró su balance de riesgos para la economía e inflación a como lo venía presentando en sus comunicados anteriores. Esto por la percepción de los agentes económicos a una posible afectación por escases de productos (inflación) o que se materialicen escenarios adversos en la relación comercial con EUA (crecimiento económico). Con este argumento, la autoridad monetaria deja abierta la posibilidad de aumentos adicionales de la tasa objetivo (fondeo), si se materializan los riesgos planteados, y probablemente calme la presión del mercado financiero de que baje esta tasa en el corto plazo.

El tipo de cambio mostró poco efecto a la decisión de Banxico, cotizando cerca de los $18.20 por dólar spot.