El fin de los tiempos de tasas de interés en mínimos en México

La semana pasada, en respuesta a la decisión previa de la Reserva Federal de EUA, Banxico optó por llevar a cabo también un alza de tasas de interés, aunque el incremento fue superior a lo esperado por el mercado: 50 puntos base en lugar de 25pb. A diferencia de Bancos Centrales de economías desarrolladas, como la FED de EUA, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo, que reaccionan ante hechos consumados, Banxico sigue operando de manera preventiva.

Y aunque en algunas ocasiones ha comentado que México no se encuentra en un ciclo alcista de tasas, la evidencia de las acciones implementadas por Banxico demuestra que sí. Consideramos que, aunque la decisión es adecuada, quizá Banxico pudo tomar la decisión de aumentar su tasa sólo en la misma magnitud que lo hizo su similar en EUA, ya que el peso mexicano ha registrado una menor volatilidad en las últimas semanas y el posible contagio del tipo de cambio a la inflación es el mismo al registrado por meses. Incluso, tampoco se ha presentado una salida de capitales extranjeros de bonos denominados en pesos en las últimas semanas.

Después del desequilibrio generado por el triunfo de Trump en las elecciones, los capitales han regresado. El diferencial de tasas de México y EUA había sido suficiente para volver atractivo a los activos mexicanos. Quizá hubiera convenido no desgastar esta herramienta y esperarse a después del 20 de enero próximo, que es cuando tomará posesión Trump y donde muy probablemente se intensifique la incertidumbre y la volatilidad en los mercados financieros.

El riesgo de este tipo de acciones de Banxico, es que se puede perder un poco la efectividad en la medida de política monetaria. El mercado le ha estado exigiendo estas alzas a la autoridad monetaria descontando con anterioridad incrementos en los rendimientos de activos financieros. Puede pasar algo similar como con el mecanismo de subasta de dólares que había dejado de ser efectivo, por lo que decidieron suprimirlo en febrero pasado, con el fin de dar menos predictibilidad en el mercado cambiario para que sea más riesgoso especular.

El éxito de una medida radica en su sorpresa, para evitar que los agentes económicos la incorporen en sus decisiones con antelación. Sin embargo, la decisión de Banxico reconoce los riesgos latentes en el país, el impacto que podrían tener en la inflación (tipo de cambio, salario mínimo, precio de la gasolina), así como el rápido deterioro que han mostrado las expectativas económicas de analistas del sector privado. Los actuales fundamentos económicos de México no son lo suficientemente fuertes para evitar que los mercados financieros locales se vean envueltos en presiones significativas por la incertidumbre global.

Por eso la necesidad de dar una mayor prima por invertir en activos denominados en pesos mexicanos. Es muy probable que en 2017 Banxico mantenga su política de alzas de tasas de interés. La presión sobre la moneda mexicana se podría intensificar sobre todo en el primer trimestre del año (toma de posesión de Trump, revisión de la calificación de riesgo soberano de México, Brexit) y el traspaso de esta depreciación a los precios podría acelerar la inflación por arriba del 4.0% de forma temporal.

De hecho, las expectativas de inflación entre los analistas del sector privado es, en su más reciente El fin de los tiempos de tasas de interés en mínimos en México Dirección de Administración Integral de Riesgos y Análisis Económico 2 19 Diciembre, 2016 encuesta, la estimación que más ha acelerado su deterioro. Con ello, Banxico tendría que llevar a cabo subida de tasas para contrarrestar estas presiones.

Para el cierre de 2017, la tasa de interés de referencia (tasa de fondeo) podría terminar muy probablemente por arriba del 7.0%. Ante un escenario continuo de alzas de tasas, es inevitable que los costos se trasladen a diferentes productos financieros, como lo son los créditos hipotecarios, automotrices y empresariales. Por consiguiente, estamos en una etapa del fin de las tasas de interés en mínimos históricos. Esto no significa una crisis económica. Simplemente, el costo del dinero está en un proceso de normalización hacia niveles considerados más viables para una economía con las características de la mexicana. Tampoco significa que habrá aumentos significativos en los costos de los créditos. Será un proceso de ajuste gradual que se irá concretando si la autoridad monetaria sigue actuando a través de una política monetaria restrictiva.

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