Todas las entradas de: Alfredo Huerta

Importante movimiento del peso mexicano en el mundo

De acuerdo a la información enviada por el Banco de México relativa a los resultados de una encuesta elaborada por el BIS (Banco Internacional de Pagos), el peso mexicano incrementó en tres años casi un 17% su operación a nivel mundial. Este incremento se apoya entre otras cosas, a que el peso mexicano opera las 24 horas del día.
Las autoridades mexicanas en materia cambiaria, ofrecen transparencia, información confiable y consistentes con las mejores prácticas internacionales, lo que además de su operación continua, apoyan esta gran operatividad.
En 2016, operaba 97,056 millones de dólares diarios y en la encuesta de 2019 llegó a 113,717 millones de dólares diarios.
Lo increíble es que en México se opera apenas el 18% del total diario operado con 21,167 millones de dólares y el resto en los mercados internacionales.
La moneda más relevante es sin duda el dólar americano que representa el 88% del movimiento total cambiario, le siguen el euro que representa el 32%, el yen japonés el 16.8%, la libra esterlina el 12.8%, el dólar australiano el 6.8%, el dólar canadiense el 5.0%, el yuan chino que representa el 4.3% (en 2010 apenas era de 0.9%) entre las principales. El peso mexicano es la décima quinta moneda en operatividad.
Inversionistas operan el peso mexicano principalmente vs el dólar, el euro, el yen, la libra, el dólar canadiense y contra el franco suizo entre operaciones spots (transacciones simples para pago de contado. Incluye operaciones mismo día y 24 horas. Excluye operaciones tipo “tom/next” y de plazos mayores de 48 horas) o swaps (transacción donde se realiza una compra y una venta de manera simultánea. Un swap considera una sola transacción porque ambas partes de la operación no están contabilizadas de manera independiente. Incluyen transacciones tipo “tom/next”)

Durante las últimas semanas, el peso mexicano llegó a tocar $20.25 en el mercado interbancario y actualmente opera cerca de $19.50. Técnicamente alcanzó una zona de resistencia crítica y la respetó. Dentro de su consolidación, consideramos que también ya tocó pisos importantes de $19.40 a $19.30 para seguir consolidando con cierre en $19.38. En el año, acumula una apreciación modesta de 1.3%.

Esperamos baja en la tasa de interés de la FED

Este miércoles, será la decisión de política monetaria de la FED en Estados Unidos. A pesar de un entorno de gran incertidumbre, observamos que la economía americana muestra cierta desaceleración que ha llevado a la economía de un crecimiento de 3.5% anual hacia su promedio de los últimos 20 años a 2.3% anual, registrando al cierre del segundo trimestre del año 2.0% anual.

De acuerdo a este crecimiento promedio, la tasa promedio en los últimos 20 años se ubica en 1.60%, por lo que es probable que la política monetaria siga flexible con recortes graduales mientras no resuelvan temas como el proteccionismo comercial y algunos eventos geopolíticos como con Irán, entre otros.
Este día, esperaríamos una baja de 25 puntos base a niveles anuales de 2.0% y quizá veamos una o dos bajas adicionales en lo que resta del 2019 y 2020.

 

Tiempos de Bancos Centrales: Oxígeno o Perjuicio a la economía mundial

El Banco Central Europeo redujo la tasa de Depósito en 10 puntos base para situarla en -0.5% anual y activó de nueva cuenta un Programa de Compra de Activos hasta que la inflación retorne a su objetivo de 2.0%. La desaceleración económica de la Zona Euro, la baja inflación persistente y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, fueron gran parte de los factores para tomar esta decisión.

El hecho de que los Bancos Centrales del mundo estén ajustando a la baja las tasas de interés y/o incrementando sus estímulos monetarios, a través de Programas de Compra de Activos y/o Programas de Financiamiento al consumo, no es garantía de una “recuperación consistente de las economías”. Inyectar dinero al sistema, brindará “liquidez” y la oportunidad de reactivarlas por consumo e inversión. Sin embargo, ¿Hasta cuándo?

Desde 2008 con la crisis subprime, todos los bancos centrales se volcaron a inyectar liquidez. El Banco Central Europeo (BCE) realizó todas estas acciones mencionadas, llevando a tasa cero la general y negativa de depósito, y además, flexibilizó la cobertura de reservas a los bancos de acuerdo a la garantía de cada crédito. Sin embargo, desde 2008 y hasta la fecha, vimos una recuperación transitoria de la economía. Alcanzó tasas de crecimiento de 2% anual y la inflación rondó los niveles objetivo de 2.0% anual entre los años del 2015 y 2018. No obstante, hoy en día, la economía de Alemania está en riesgo recesivo y la economía de la Zona Euro apenas crece arriba de 1.0% anual con una inflación muy debajo de su objetivo.

Esta próxima semana será el turno para la FED y el Banco de Inglaterra (BoE). Se espera que la FED baje la tasa de interés de manera “gradual” 25 puntos base para ubicarla en 2.0% anual y el Banco de Inglaterra quizá se mantenga sin cambio en espera de ver la decisión final del “Brexit”, en medio de una economía en desaceleración.

Todos los bancos, esperanzados de que una combinación entre la política monetaria y la política económica generada por cada gobierno, deberán impulsar la reactivación económica, pero resulta que esta guerra comercial de Estados Unidos y China está afectando la producción de productos en todo el mundo.

Después de haber otorgado un gran estímulo monetario por varios años, solamente Estados Unidos alcanzó su nivel de crecimiento promedio 2.2% anual sin riesgos inflacionarios. China pierde terreno entre su cambio de paradigma y la guerra comercial directa con Estados Unidos. También el caso de Japón es especial. Su banco central lleva años estimulando a su economía y no logra darle consistencia a su crecimiento económico ni a la inflación.

Por ello, el que los bancos centrales inyecten liquidez, brindan un soporte “temporal” a las economía. Sin embargo, los gobiernos deben mantener un compromiso de políticas económicas confiables que aseguren un crecimiento económico consistente. De lo contrario, el riesgo sobre los sectores financieros de cada país o región pueden volver a causar fuertes dolores de cabeza.

Sólo por comentarlo, la tasa de interés de depósito negativa en la Zona Euro, le está costando al sector financiero 23,250 millones de euros y la rentabilidad de los bancos se ha disminuido poniendo en riesgo la estabilidad del sector y de las economías.

Algunas reflexiones sobre el Presupuesto 2020

En términos generales, el presupuesto para el próximo año muestra variables macroeconómicas que permitirán mantener la estabilidad en la economía. En los datos reflejados para México, vemos el PIB con un crecimiento promedio estimado de 2.0% anual.

El mercado mantiene expectativas inferiores a 2.0% anual, derivado del bajo nivel de inversión privada y un gasto público orientado en su gran mayoría a programas sociales y al apoyo de Pemex. Además, el gasto en infraestructura está direccionado a los grandes proyectos del Gobierno como Dos Bocas, el Tren Maya y el Transístmico.

También observamos que los ingresos estimados serían por 5,512 billones de pesos, prácticamente igual que los ingresos esperados en 2019, pero con un crecimiento de 3.7% en los ingresos tributarios no petroleros. Es decir, gran parte de los ingresos vendrán de la recaudación del SAT a través del ISR, IVA, IEPS, entre otros. La presión que vendrá del SAT hacia los contribuyentes aumentará significativamente al ser el principal generador de recursos para el Gobierno federal representando el 63% del total. ¿Si la economía mexicana crecerá por debajo de la inflación, podremos lograr esta meta de ingresos?

En este sentido tenemos una observación en el presupuesto. México crecería 2.0% anual vs Estados Unidos al 1.8% anual en un momento de una clara desaceleración económica mundial. Inclusive, la producción industrial de Estados Unidos apenas crecería 1.1%. Solamente vemos “un milagro” para lograr este escenario, en la medida de que el T-MEC se apruebe este año. Sin embargo, lo vemos poco probable por los tiempos “político electorales” que vive tanto Estados Unidos como Canadá donde el 21 de octubre tendrá elecciones.

Por otro lado, nos llama la atención que la producción diaria de crudo se estima en 1.95 millones de barriles diarios cuando hoy trata de estabilizarse en 1.67 millones de barriles diarios. Se trata de 280 mil barriles de diferencia, que representan un aumento de 17% y además, los niveles de 1.95 millones de barriles se muestra como un “promedio”, por lo que se debe tener un rango entre 2.23 millones de barriles en la parte superior y 1.67 millones de barriles en la parte baja, si es que ya se logró tocar “pisos”. Esta situación la vemos difícil y requiere forzosamente del apoyo de la iniciativa privada.

En el tema fiscal, algunas reflexiones que hicieron en Citibanamex son importantes. “El Gobierno planea pedirle al Congreso que apruebe el uso de la cláusula de excepción de la regla fiscal para un 0.3% del PIB de déficit adicional en 2020 (para lograr un déficit total de 2.7% PIB de los requerimientos financieros del sector público RFSP) para compensar la reducción en el precio del petróleo. Es una señal preocupante que deteriora la confianza de las metas fiscales hacia adelante”.

Mantener la meta de un superávit primario de 0.7% es positivo, pero vemos riesgos de alcanzarlo. Si los ingresos no se dan conforme a lo esperado, es difícil seguir reduciendo el gasto público como lo han hecho hasta el momento a costa de sacrificar crecimiento.

La intención de una “gran responsabilidad fiscal” del Gobierno es buena, pero se corre el riesgo de no lograr los objetivos bajo las condiciones actuales, lo que puede ir mermando la estabilidad macroeconómica.

En agosto, la inflación actual en 3.16% anual al consumidor y 2.88% anual al productor. Datos que se ubican dentro del objetivo de Banxico pero se debe a una “baja demanda interna”. Abre espacio para que Banxico baje la tasa de interés siguiendo a la FED, pero los objetivos del Gobierno se ven “optimistas”. La política monetaria ayudará a reactivar un poco la economía pero la política económica definida por el Gobierno debe ser productiva y confiable para dar resultados.

Datos de los últimos veinte años de la economía mexicana

Ayer domingo, la SHCP entregó al Congreso el Paquete Económico 2020 que servirá de referencia para analistas, calificadoras, inversionistas y sociedad, para estimar lo que le espera a nuestra economía en el 2020 en materia económica.

Existen retos y oportunidades muy interesantes si se logra recuperar la “gobernanza” en el país. Significa que las políticas económicas definidas por el gobierno federal, sean sustentables y confiables, que retornen la confianza al inversionista y al consumidor. Pero además, requiere de controlar la “inseguridad” que está alcanzado puntos críticos en todo el país. Que la Guardia Nacional, junto con Militares y Marinos se dediquen verdaderamente a cuidar a la ciudadanía y no únicamente a controlar el paso de los migrantes; que retorne también el “Estado de Derecho” que permita a inversionistas y consumidores a recuperar la confianza a través del uso correcto de las leyes. Es eliminar el estatus de violencia, agresividad e impunidad que muestra un gobierno débil por un lado, y el riesgo de un mayor escalonamiento a niveles “incontrolables” y sobretodo afectando la paz y tranquilidad del país que impida invertir y consumir a la sociedad por el temor de perderlo.

La oportunidad está ahora. Si el gobierno modifica su forma de trabajo hacia un compromiso verdadero de comunión con la sociedad en su conjunto dentro del marco correcto del uso de la ley y el orden, podremos enfrentar el entorno internacional adverso que toma día a día mayor velocidad en su proceso de desaceleración.

En los últimos 20 años, el PIB promedio de la economía mexicana se ubica en 2.4% anual con una inflación del 4.8% anual (hoy estamos debajo de ese nivel), la tasa de fondeo promedio es del 6.0% anual, lo que nos indica la gran probabilidad de ajuste que hará Banxico en la medida de lo posible desde ahora y quizá hasta el 2021. Hablamos de la posibilidad de hasta 8 bajas de 25 puntos base. El tipo de cambio tiene una depreciación promedio del 3.9% anual y la inversión en bolsa tiene un crecimiento promedio del 15.4%.

Hablamos de números que no están fuera de nuestro alcance.

Banxico tendrá la posibilidad de ajustar la tasa de interés en la medida de resolverse la urgencia de Pemex. Veremos la reacción de las calificadoras al presupuesto 2020, el apoyo a Pemex y la dependencia que tendrá el gobierno federal con el gasto público y la afectación hacia el crecimiento económico. Veremos lo que hacen los inversionistas extranjeros y el movimiento cambiario que por cierto, ha logrado recuperar terreno hacia $19.50 desde $20.25 en el mercado interbancario.

Creo que si es posible empezar a recuperar terreno en materia económica. Se requiere que el gobierno brinde confianza hacia la inversión y el consumo. Regresar a crecimientos del 2.4% es factible, controlando la inseguridad y reduciendo a su mínima expresión a la corrupción.

La bolsa registra en el año una plusvalía del 2.56%. Será muy importante el cierre anual, ya que nos sirve de termómetro para evaluar el escenario de crecimiento del 2020 en realidad. Representa alrededor del 40% del PIB en su conjunto. En el 2018 registró una pérdida de más del 15% y vean lo que está sucediendo este año con la economía.

Se acercan los tiempos de Pemex y las Calificadoras

Este domingo la SHCP del Dr. Arturo Herrera entregará el Paquete Económico 2020 al Congreso. Así, empieza la cuenta regresiva para Pemex y el Gobierno Federal en relación con la revisión de la Nota Soberana de México y de Pemex.

Analizando el perfil de Pemex sobre sus vencimientos en este año y con el reporte al cierre de junio del 2019, la paraestatal tiene que enfrentar pagos en pesos por el equivalente a $2,675 millones de dólares y en moneda extranjera 7,160 millones de dólares, lo que suma $9,835 millones de dólares.

De la deuda que tiene en moneda extranjera, el 67% la tiene en dólares y el 16% en euros, mientras que el 82% es a tasa fija y el 18% a tasa flotante. La vida media de la deuda financiera de la paraestatal asciende a 9.9 años en dólares y 3.9 años en euros y en pesos, Del total de la deuda que asciende a 104,386 millones de dólares, el 13% está en pesos y el 87% en moneda extranjera.

Por otro lado, en los últimos tres meses, Pemex ha logrado darle estabilidad a la producción diaria de crudo sobre niveles de 1.66 a 1.67 millones. Sin embargo, muy lejos de los estimados en el Presupuesto 2019 sobre 1.78 millones de barriles de crudo. Mejorar la producción diaria de crudo, implica invertir recursos en exploración y producción. Requieren de recursos constantes y además, de apoyarse de la iniciativa privada.

Es por ello, que resulta muy importante revisar el Presupuesto 2020, donde además de las variables macroeconómicas de México y Estados Unidos, vendrá reflejado el apoyo del gobierno federal a Pemex. Es muy probable que el apoyo del Gobierno Federal sea mayor al estimado y así por varios años, y con ello, está en juego la calificación de la Nota Soberana de México además de la propia calificación de Pemex, en la que Moody´s pudiera ser la segunda calificadoras en quitarle el grado de inversión.

Esta necesidad constante de flujos así como un menor crecimiento económico, impactaría a los ingresos futuros del gobierno federal y al mismo gasto público, lo que aumenta la probabilidad para que algunas de las calificadoras al menos, revisen negativamente la calificación crediticia del país y de la paraestatal.

El Secretario de Hacienda ha dejado en claro que en este presupuesto 2020, aumentará el pago por servicio de deuda y estará muy limitado, por lo que una baja en la nota de México, presionaría al alza el riesgo país y las tasas de interés a las que tendría acceso el gobierno mexicano para restructurar o emitir de nueva deuda. Ya Fitch redujo hace unos meses las calificaciones de la Nota Soberana y de Pemex, llevando a esta última a grado especulativo.

En caso de tener una baja en la Calificación Crediticia, existe un riesgo sobre el movimiento de flujos de capitales. En su caso, sería una limitante para la urgente necesidad de BANXICO de bajar las tasas de interés en su próxima reunión del 26 de septiembre próximo.

La economía lo necesita para darle “aire” ante un entorno global adverso y una economía estancada, pero también requiere de una “gobernanza” que brinde certeza y confianza para que la iniciativa privada invierta.

Veremos si el presupuesto contempla el riesgo global y lo incluye en los estimados de crecimiento para México y Estados Unidos.

Lo que viene en los mercados

Septiembre representa un mes de alta volatilidad en los mercados en donde los resultados al cierre de mes, tanto en capitales, mercado de divisas y materias primas, prácticamente son un “volado”. En este mes tenemos una serie de eventos muy importantes que avalan la volatilidad.

1. Decisiones de política monetaria del BCE, la Fed y el Banxico (en ese orden) en el mes.

En un marco en donde la desaceleración económica mundial es palpable, la política monetaria mundial está orientada hacia la “flexibilización”, ajustando a la baja las tasas de interés para incentivar el consumo y la inversión.

La Zona Euro vive un momento difícil con un enfriamiento económico liderado por Alemania, con Italia y España trabajando en la conformación de un Gobierno y tiene el tema del Brexit que involucra a toda la Unión Europea con Reino Unido.

El BCE deberá estimular a su economía de manera importante, a través de poder bajar las tasas de interés, programa de compra de activos (Gobierno y/o privados) y/o programa de financiamiento al consumo.

La Fed seguirá bajando de manera gradual su tasa de interés, hasta tener la certeza de que la economía americana no se vea contaminada con este proceso mundial. Actualmente el crecimiento de EUA está regresando al promedio de los últimos 20 años en 2.2% anual.

Para el Banxico estará el reto de “seguir a la Fed” o esperar a conocer el “riesgo Pemex”, cuando se junte el análisis del Plan de Negocios y la entrega del Presupuesto 2020.

2. Brexit

Cada día que pasa, los tiempos de un Brexit sin acuerdo van aumentando en su probabilidad de ocurrencia (94% según el diario británico The Sun), lo que generaría un riesgo de volatilidad en mercados y una guerra de divisas. Boris Johnson amenaza con llevar a cabo elecciones anticipadas, reduciendo el tiempo de actividad en el parlamento y dejar de cubrir el compromiso de pago a la UE por 39 mil millones de libras.

3. Entrega del Presupuesto 2020 (en México)

El 8 de septiembre, el Gobierno federal, a través de la SHCP, hará entrega al Congreso del paquete del Presupuesto 2020.

Sabemos que no traerá aumento en la deuda pública, mantendrá objetivo de superávit primario y las calificadoras crediticias (S&P, Moody’s, Fitch y HR Ratings) evaluarán los riesgos y oportunidades que estará enfrentando el riesgo Pemex y su Plan de Negocios dentro del gasto público federal.

4. Seguirá la tensión del conflicto comercial de Estados Unidos y China, con la imposición de más aranceles, el riesgo de una mayor depreciación del yuan, movimientos sobre su tenencia de bonos del Tesoro americano y mayor desaceleración de las economías.

5. Eventos geopolíticos con Irán, Corea del Norte, Rusia y China, entre otros, ligados al aspecto nuclear y el armamentismo que está recobrando intensidad a nivel mundial.

6. Habrá datos económicos de seguimiento rutinario mensual, comenzando esta semana en Estados Unidos con los datos de empleo, posteriormente indicadores de manufactura y servicios, datos de inflación, de confianza al consumidor, etcétera.

7. El momento electoral en Estados Unidos que poco a poco interferirá con el Congreso y con los mismos tuits enviados por Donald Trump. Un caso relevante para México es la ratificación del T-MEC. El año pasa y no pasa nada. Veremos si Trump entrega el documento al Congreso ahora en septiembre, el cual tendría en su caso 90 días de evaluación para su posible voto. Pero no es descartable que se extienda a un difícil 2020.

Por un lado, veremos una inyección de liquidez y un abaratamiento del dinero en el mundo, pero por otro lado, un enfriamiento a velocidad en el crecimiento económico mundial. Pensar que los mercados deben subir por una mayor inyección de recursos es subestimar los riesgos implícitos como el sector bancario (quizá en mayor medida Europa), los resultados de las empresas podrían estar muy por debajo de lo esperado y hasta una posible trampa de liquidez en el sistema.

Sin novedades ni contratiempos el Tercer Informe de Gobierno

El Primer Informe se dio a los 100 días de Gobierno, el segundo en su aniversario de triunfo presidencial el 1 de julio pasado y este domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio el Tercer Informe.

Destaca en la parte de política económica que el Gobierno seguirá sin aumentar la deuda pública dentro del presupuesto 2020 que entregarán al Congreso el próximo 8 de septiembre y seguirá con el superávit primario, donde esperan alcanzar 1.0% del PIB al cierre de 2019 con estabilidad macroeconómica con una inflación por debajo del promedio de los últimos 20 años y un tipo de cambio “estable” en relación a otras monedas emergentes.

Mencionó en temas económicos cuatro ejes de su Gobierno:

1. Fortalecer la economía popular.

2. Impulsar proyectos para desarrollo regional.

3. Fomentar la participación de la Iniciativa Privada (IP).

4. Promover e intensificar el comercio exterior y la inversión extranjera en nuestro país.

Habló de una serie de actividades que brindarán empleo y desarrollo del país sin mencionar ya el compromiso de crecimiento económico anual de 4.0% promedio durante su sexenio.

Entre los puntos importantes destacan:

Fuerte trabajo en el campo para mejorar las condiciones de vida del campesino. El sector agrícola representa 3.7% del PIB. Acciones que buscan sumar mayor producción y autosuficiencia para evitar compras del exterior.

Mantiene sus proyectos regionales de infraestructura como el Tren Maya.

El corredor Tehuantepec-Coatzacoalcos.

Fortalecer el vínculo de sustitución de lo que quiso ser el Aeropuerto de Texcoco por tres aeropuertos rehabilitando el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el Aeropuerto de Toluca y el de Santa Lucía.

El proyecto de comunicación e Internet a todo el país.

Se detuvo la caída de la producción diaria de crudo en 1.67 mbd, se rehabilitarán las seis refinerías del país aumentando su capacidad de utilización de 32 a 42%, así como la construcción de la refinería de Dos Bocas.

Proyecto de infraestructura en carreteras que incluyen la conservación de la red carretera actual.

El Tren Ligero de Guadalajara y el Tren Toluca a la Ciudad de México.

Entre los temas pendientes seguirá el de “seguridad”, donde considera que a través del empleo, salarios más competitivos y la garantía al estudio y trabajo de jóvenes, logrará una mejor condición de vida y logrará el país alcanzar la paz.

Tocó de nuevo a los empresarios, a quienes agradeció su compromiso por el país a través de seguir invirtiendo, generando empleos y su responsabilidad en el pago de impuestos.

Cerrando agosto e inicia el último cuatrimestre del año

Se terminó el mes de agosto. Un mes caracterizado por aumento en la volatilidad en los mercados ante algunos eventos globales importantes. Se intensificó la guerra comercial de Estados Unidos y China, el Brexit tomó fuerza en una posición de “salida sin acuerdo”, indicadores de PMI mundiales en desaceleración y/o recesión como el de servicios y el manufacturero, así como el movimiento de baja de 25 puntos base en la tasa de interés por parte de la Fed. Destacó la caída del mercado cambiario y accionario de Argentina, que registraron contracciones de 36 y 42%, respectivamente en el mes.

En México fue sorpresiva la baja en la tasa de interés por parte del Banxico a 8.0% anual, así como información ligada al desempeño estancado de la economía. El acuerdo al que llegó el Gobierno federal con tres de las cuatro empresas de gasoductos, la presión al alza del tipo de cambio que sobrepasó los $20.00 en el mercado interbancario y ligera mejoría en los niveles de crédito del sector bancario. También se dio a conocer que por tercer mes consecutivo, la producción diaria de crudo se estabilizó en 1.66-1.67 millones de barriles diarios.

Estimaciones del Banxico mandan señales mixtas

El miércoles pasado, el Banxico dio a conocer los estimados de crecimiento, inflación, creación de empleos y cuenta corriente como porcentaje del PIB mostrando algunas señales de debilidad, pero otras como oportunidad a mantener la estabilidad macroeconómica.

Por ejemplo, como variables más débiles, estimó el PIB 2019 a un promedio de 0.45% anual y redujo el estimado de la creación de empleos en casi 14% sobre un promedio estimado en 500 mil nuevas plazas.

Por el lado positivo, a pesar de las presiones recientes, estimó el tipo de cambio interbancario en $19.69, lo que reflejaría concluir el año sin una variación respecto al cierre de 2018. La inflación la estimó sobre niveles de 3.2% anual, cerca de su meta, lo que da espacios para tener una política monetaria más flexible y también un déficit en la cuenta corriente de 1.2% respecto al PIB.

Así, vemos indicadores mixtos, pero dirigidos hacia una posición en su política monetaria orientada a apoyar más la recuperación de la economía a través de reducir la tasa de interés en lo posible, siguiendo a la Fed, aunque aún tenemos pendiente el Presupuesto 2020 junto con el Plan de Negocios de Pemex para la revisión de las calificadoras, así como el proceso de ratificación del T-MEC con el Congreso de Estados Unidos.

Por el lado externo, existen un gran número de bancos centrales que siguen reduciendo sus tasas de interés. En septiembre, sin duda, la Fed reducirá 25 puntos base la tasa de referencia a 2.0% anual y el Banco Central Europeo (BCE) dará un fuerte impulso a la economía a través de aumentar los estímulos monetarios. Puede bajar tasa de interés (general o depósito), un nuevo programa de compra de activos (QE), el programa de financiamiento al consumo y alguna otra acción. Ya inició el apoyo al sector bancario.

Así, consideramos que el Banxico bajará la tasa de interés. La pregunta es si será en septiembre, en noviembre o en diciembre próximo. Por los tiempos donde habrá algunos eventos importantes entre septiembre y octubre, le damos una mayor probabilidad a que el próximo movimiento de baja se registre en noviembre, siguiendo a la Fed, por lo que se abriría el espacio de 25 a 50 puntos base y simplemente dar seguimiento al movimiento cambiario, que en caso de que éste se ubique ya por arriba de $20.50 en el mercado interbancario, probablemente el Banxico cuidará el riesgo por salida de capitales y el movimiento sería moderado.

Una base estadística de fácil comparativo ayudará a la economía en el 2° semestre del año

En un entorno en donde la expectativa promedio de crecimiento de la economía mexicana ronda 0.9% anual hasta la fecha, estamos por conocer el informe trimestral del Banxico en el que seguramente ajustará a la baja su última previsión de crecimiento de 1.3% anual.

Ya con un primer semestre del año con un crecimiento apenas de 0.2%, resulta muy difícil estimar que la economía tenga la capacidad de crecimiento de 1.6% en el segundo semestre para alcanzar ese 0.9% promedio.

Sin embargo, dentro de los aspectos positivos para ver una mayor actividad está la necesidad de poner en marcha el gasto público.

A finales de julio, el Gobierno federal por conducto de la SHCP comentó de un programa por 485 mil millones de pesos para activar la economía a través de 18 programas de infraestructura, inversión física y consumo privado. Consideramos que parte de este recurso se estará ejecutando en el presente año.

Otro punto positivo son las remesas familiares acumuladas al primer semestre del año de 16 mil 846 millones de dólares. Forman parte de la actividad económica de Estados Unidos y aunque estamos viendo un proceso de desaceleración, la tasa de crecimiento en ese país se está moderando hacia 2.2% anual, su tasa promedio de crecimiento en los últimos 20 años.

La producción diaria de crudo lleva ya tres meses estabilizándose en 1.66-1.67 millones de barriles diarios. Si bien no genera un cambio para la evaluación del riesgo Pemex, es bueno saber que ya ha frenado su caída. Comparativamente el primer semestre de 2019 vs. el mismo período de 2018 se contrajo 10%.

Estadísticamente el tercer trimestre tendrá un comparativo vs. una tasa de crecimiento de 0%. Por ello, consideramos muy baja la probabilidad de una economía recesiva, aunque sí con crecimiento muy modesto.

Algunos sectores se han salvado de una recesión como el sector de manufactura, que ayudado por el intercambio comercial con Estados Unidos creció en el segundo trimestre del año 1.5%. Otro sector fue el de comercio minorista, que mejoró la tasa de crecimiento del primer trimestre del año apenas en 0.5% a 4.4% del segundo trimestre. También el sector de servicios turísticos y de alimentos que pasó de -0.3 a 1.1% en el segundo trimestre del año.

El sector financiero y de seguros se ha desacelerado, pero creció 2.4% de abril a junio, dentro de un ambiente en donde las tasas de interés tenderán a bajar conforme el Banxico pueda hacerlo, siguiendo a la Fed y en la medida de lo posible, por los riesgos de salida de flujos de tenencia de extranjeros en nuestros mercados para evitar un tipo de cambio que supere consistentemente los $20.00 (mercado interbancario) y generen riesgos sobre la inflación.

El sector de la construcción ha caído con una tasa negativa de 5% y representa casi 8% de la actividad económica del país. Es probable que el Gobierno de la Ciudad de México vuelva a reanudar los permisos de construcción y empiece a generar mayor actividad, así como el Gobierno federal haga lo pertinente en esta materia.

Es por ello que consideramos que la economía mostrará un ligero mejor desempeño en el segundo semestre del año. Sin embargo, quedan temas pendientes como la ratificación del T-MEC por parte de los Congresos de Estados Unidos y Canadá, la revisión de las calificadoras a la nota soberana de México y de Pemex, el tema de gobernanza (Estado de Derecho, inseguridad, incertidumbre política y corrupción), el riesgo global que ha generado el proteccionismo comercial y para nuestra desgracia, la desaceleración que está teniendo la economía de Estados Unidos.

Pocos resultados reales del G7 y de Jackson Hole

El G7 está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, que juntos representan 40% del PIB mundial. Presentan temas en común, como una rápida desaceleración económica, conflictos comerciales, temas geopolíticos y la necesidad de crear una política económica que evite una recesión mundial junto con sus bancos centrales y su política monetaria.

Alemania, por un lado, acercándose a un cambio de liderazgo y con un alto riesgo de entrar a una recesión económica; Estados Unidos, en desaceleración, con un fuerte conflicto comercial y político con China y, además, ya inició su proceso electoral 2020; Italia, en un proceso probable que lleve a elecciones anticipadas y un alto déficit presupuestal; Reino Unido, con el Brexit a la vuelta de la esquina y la negación de Alemania y Francia a una nueva negociación, mientras que Japón tiene su conflicto comercial con Corea del Sur, pero ambos están batallando con Corea del Norte, enfrenta también un bajo crecimiento e inflación. Francia queriendo tomar el liderazgo europeo y enfrenta con Estados Unidos el riesgo del impuesto digital, donde en julio pasado impuso un impuesto de 3% a 30 empresas tecnológicas incluidas Facebook, Amazon, Google, y Trump amenazó con responder con otros productos como el vino.

El resultado de esta reunión está por conocerse, pero serán las buenas intenciones y el poco compromiso real para tomar medidas conjuntas y enfrentar este proceso actual de bajo crecimiento mundial, cuando existen intereses diferentes.

Respecto a Jackson Hole, poca novedad. La esperanza del mundo es que los bancos centrales más importantes eviten una recesión económica mundial. En ese sentido, la Fed, a través de su presidente Jerome Powell, considera que la baja en la tasa de interés reciente respondía a un ajuste de medio ciclo y NO a un ciclo de recortes. Sin embargo, las acciones continuas de presiones y amenazas con China han generado un aumento en la tensión comercial que terminará por reducir de manera significativa su intercambio comercial, pero ya con efectos negativos en muchos países y regiones del mundo al registrar una fuerte contracción del sector manufacturero. Por ello, es muy probable que la Fed baje otros 25 puntos base su tasa de referencia en septiembre próximo a 2.0% anual.

Días antes, el Banco Central Europeo (BCE) flexibilizó requerimientos de coberturas a los bancos sobre créditos incobrables. Dio tres años a créditos que no tuvieran alguna garantía, nueve años a créditos que tuvieran una garantía de bienes raíces y siete años para créditos con cualquier otra garantía.

Es quizá el inicio de un uso de herramientas que utilizará el BCE para apoyar a las economías europeas. Para su próxima reunión en septiembre, es probable ver algunos de estos puntos: bajar las tasas de interés, retomar el QE de manera importante, quizá nuevos apoyos al sector bancario y el programa de financiamiento al consumo, entre otras cosas.

Así, la política monetaria estará activa sin duda, pero enfrenta el problema de una política económica que tiene otros intereses, en medio de este proceso electoral que ya empezó a vivir los Estados Unidos, el principal actor en la escena.

Desempeño de la economía mundial

Desde el cierre del tercer trimestre de 2018, la economía mundial enfrenta una rápida desaceleración y los riesgos de alcanzar una recesión son cada vez más cercanos.

En unas semanas tendremos el momento crítico del Gobierno federal

Estamos a pocas semanas para que el Gobierno federal presente el Presupuesto 2020 al Congreso para su análisis y aprobación.

Junto con la información del marco macroeconómico, se tendrán datos importantes como la recaudación y gasto público, el nivel del superávit primario donde funcionarios de la SHCP consideran posible mantener 1%, el endeudamiento permitido en su caso y el límite del déficit fiscal, entre otros puntos.

Sin embargo, habrá otros datos relevantes como será el apoyo a Pemex que servirá a las calificadoras crediticias para revisar las condiciones de solvencia tanto de la propia paraestatal como del Gobierno federal (nota soberana).

Este evento junto con el seguimiento de la ratificación del T-MEC darán la prueba al movimiento del tipo de cambio por un lado, pero también servirá para medir si la curva en mercado de dinero seguirá a la de los bonos del Tesoro o se abrirá, justamente cuando viene el movimiento adicional de baja en la tasa de interés por parte de la Fed.

Actualmente, y lo hemos estado comentando varias veces, existe una salida de flujos de tenencia de extranjeros en mercado de dinero, es decir, en la parte de portafolios.

Recientemente conocimos el dato de inversión extranjera directa, que de enero a junio creció 1.5% al totalizar 18 mil 102 millones de dólares. Sin embargo, gran parte de este monto es en realidad “reinversiones” de las utilidades de las empresas posicionadas en nuestro país, algo bueno pero no suficiente para nuestra economía. Se requiere de nuevas inversiones que impulsen el desarrollo y el empleo, y hasta ahora no las observamos.

Basta con ver algunos datos ya desglosados de nuestra economía. Con datos al cierre del primer trimestre del año en curso, el sector secundario donde se incluye a la manufactura, la construcción y la minería registran tasas de crecimiento negativas. Inclusive la manufactura, donde se relaciona al intercambio comercial con Estados Unidos, desde el tercer trimestre de 2018 ha venido perdiendo impulso y ya registra una contracción marginal de 0.1% anual. Además, afecta de alguna manera la falta de ratificación del T-MEC por parte del Congreso de los Estados Unidos y la propia desaceleración mundial.

Los corporativos o grupos, como se conoce el sector en bolsa, ya se contraen 2.4% anual y energía eléctrica 1.3%.

En cuanto a la actividad terciaria, donde se incluye al comercio y servicios, estamos viendo que el comercio viene perdiendo impulso. El comercio minorista apenas crece a 0.4% anual y el comercio mayorista ya se contrae 1.5% anual. Las telecomunicaciones crecen a una tasa marginal de 1.1% anual cuando en el primer trimestre de 2017 crecía a tasas cercanas a 12% anual.

Y qué decir del sector de turismo y alimentos. En el segundo trimestre de 2017 crecía a tasas de 6.5% anual y actualmente ya se contrae 0.3% al primer trimestre de 2019.

Por todo esto, estamos a favor de que el Banxico siga los movimientos de la Fed para tener menores tasas de interés y una posible reorientación del dinero hacia la inversión y el consumo. Pero el riesgo Pemex, la falta de ratificación del T-MEC, la gobernanza que vive el país, así como la afectación externa con el conflicto comercial de Estados Unidos y China y la rápida desaceleración económica mundial podrían generar presiones sobre los flujos de extranjeros en portafolios y, por lo tanto, del tipo de cambio, en donde nos preocupa si técnicamente el precio en el mercado interbancario supera niveles de $20.10.

Se acabó la buena relación de inversionistas y peso mexicano

A pesar de ese gran “spread” entre las tasas de interés que tiene México respecto a los bonos del Tesoro norteamericano, parece no ser suficiente para mantener los capitales y la presión contra el peso mexicano.

El hecho de que las políticas monetarias de naciones y regiones desarrolladas estén orientadas hacia una mayor flexibilización por la rápida desaceleración de la economía mundial, analistas y gestores a nivel global están llevando un “replanteamiento” sobre las inversiones futuras en los portafolios. Las ganancias de los portafolios han sido muy importantes en el mercado de deuda, principalmente en economías emergentes como es el caso de la deuda mexicana, pero también en las bolsas de Estados Unidos, cuyos rendimientos directos son en promedio de 16.5%, por lo que en estos siguientes meses, donde los riesgos por un aumento en la aversión estarán presentes, prefieren conducirse con rendimientos más moderados, pero cuidando ya sus resultados de 2019.

Es por ello que durante agosto estamos viendo salida de flujos de mercados emergentes. En el caso de México, la tenencia de extranjeros en el mercado de dinero registra una salida ya en 2019 de mil 602 millones de dólares, cuando en febrero pasado acumulaba una entrada de más de siete mil millones de dólares. La salida principal se está dando en los instrumentos cortos como son los Cetes, ante una expectativa de nuevas bajas por parte del Banxico en los siguientes meses, teniendo como punto de alerta el riesgo Pemex. Se espera que una vez entregado el presupuesto 2020 al Congreso, entre septiembre y octubre las calificadoras evaluarán a Pemex y a la nota soberana.

Por dar algunos datos que se han registrado durante agosto, en el mercado de divisas, el peso argentino, en donde se suma la crisis económica y el resultado electoral preliminar, se ha depreciado 24.9%; la moneda sudafricana pierde 8.1%, el real brasileño se ha presionado y registra una caída de 6.2% frente al dólar y el peso mexicano alcanza 3.1% de depreciación.

Respecto a la divisa nacional, la estimación del presupuesto 2019 por parte del Gobierno federal se hizo sobre una base cercana a los 20.00 pesos por dólar. Por otro lado, este escenario de un “menor atractivo sobre economías emergentes”, se suma al problema de gobernanza que vive el país, en donde la incertidumbre acerca de las políticas económicas, la inseguridad, la corrupción y la falta de Estado de Derecho, entre otros, generan un bajo nivel de confianza hacia la inversión y consumo y, con ello, el riesgo de un estancamiento económico prevalecerá en los siguientes meses.

Se espera que el gasto e inversión pública empiecen a mostrar un pequeño optimismo, pero no será suficiente.

Así, técnicamente vemos en el peso mexicano una zona superior relevante sobre $19.80 o $20.10 en el mercado interbancario. De superarlo, podríamos ver una depreciación del peso más constante hacia $20.40-$20.60 que representan los niveles registrados en el último trimestre de 2018. El soporte se ubicaría en $19.50-$19.40.

Bancos Centrales, más activos ante una desaceleración económica mundial

El entorno económico sigue mostrando un alto riesgo de que la actividad mundial pierde ritmo a velocidad y podrá llevar a algunos países a recesiones en su actividad económica cotidiana. Tenemos a las dos grandes potencias como son Estados Unidos y China en una clara “guerra comercial y política”. Ambas representan 60% del crecimiento mundial con un intercambio comercial muy importante con regiones como Asia, Europa, Norteamérica y Latinoamérica. De ahí se ha dado el contagio y la menor actividad mundial.

Es muy probable que la intervención de la política monetaria sea más activa y firme en estos momentos. El que los bonos del Tesoro americano a 10 y 30 años se ubiquen en 1.55 y 2.01%, respectivamente, vs. la tasa de interés de referencia en 2.25% obligará a la Fed a reconocer el riesgo de una mayor contaminación hacia su economía y la necesidad de continuar con una a dos bajas adicionales en lo que resta del año.

El proteccionismo comercial generado por la administración del presidente Donald Trump está presionando fuertemente a la Fed, y parece que la presión del Presidente sobre Jerome Powell tendrá efecto en el movimiento futuro de las tasas de interés, aunque no vemos tan clara la depreciación del dólar, cuando el resto de los bancos centrales también ajustarán la tasa de interés y la economía americana, pese a su desaceleración, está en su promedio de crecimiento de los últimos 20 años en 2.2% anual, en mejores condiciones que muchos otros países desarrollados.

El Banco Central Europeo (BCE) ya prepara un nuevo paquete de estímulos. Actualmente la tasa de referencia general está en “cero” por ciento y la de depósito, en -0.4%. En su próxima reunión de septiembre podría estar moviendo a la baja alguna de sus tasas de interés (la general o la de depósito), podría aumentar “la oferta de dinero” a través de estar presentando un “QE” (expansión cuantitativa) más potente con posibles compras de bonos nuevamente y sumar papeles privados. Existe el rumor de que podría incluir “la compra de activos en riesgo”, es decir, de acciones en bolsa, quizá en el sector bancario, flexibilizaría su objetivo de inflación, actualmente en 2.0% y lejos en realidad de este nivel y llevará a cabo el Programa de Financiamiento al consumo que ya lo había anunciado.

Por cierto, allá en España, los bancos Santander y BBVA registran en lo que va de 2019 ajustes en su cotización de 10 y 6%, respectivamente. Sin embargo, desde sus máximos niveles registrados a mediados de junio de 2014 a la fecha, han perdido más de 50% de su valor. Las tasas de interés a “0%”, sin duda, han repercutido muy fuerte y los apoyos del BCE parecen no ser suficientes. Podemos añadir bancos alemanes, italianos, franceses, con movimientos similares en el tiempo, aunque de corto plazo algunos estén un poco más defensivos.

El sector bancario en Europa requiere de un oxígeno y por ello se ha empezado a especular que este sector pudiera participar del paquete de estímulos monetarios del BCE.

Finalmente, también es muy probable que el Banco Popular de China tenga en mente flexibilizar su política monetaria. La tasa de interés a 4.35% anual pudiera moverse a la baja en los próximos meses tratando de reactivar a su economía. Ello pudiera implicar que su moneda, el yuan, se mostrará con cierta debilidad.

Por este entorno, entendemos la decisión del Banxico de ajustar 25 puntos base la tasa de interés, y todo apunta a que por la parte internacional, los bancos centrales seguirán bajando sus tasas de interés, lo que ayudará al Banxico a seguir a la Fed en sus movimientos, aunque con un claro riesgo Pemex en nuestro caso que puede ser un “dolor” de cabeza.

El Banxico prefirió el crecimiento a la estabilidad de flujos

Ayer fue un día relevante para el Banco Central, que tuvo que ponderar los riesgos internos y externos para decidir reducir 25 puntos base su tasa de interés con el fin de ubicarla en niveles de 8.0% anual, su primer ajuste desde junio de 2014. La decisión no fue unánime.

Es cierto que la economía muestra un “estancamiento” y requiere de un impulso tanto de una política económica, pero también monetaria. Pensar en un negocio de alta rentabilidad en donde tienes que considerar la tasa libre de riesgo en 8.25% (ahora 8.00%) se vuelve un poco difícil. Sin embargo, existen algunos eventos internos y externos que tienen que ser considerados dentro de un ambiente probable de “alta volatilidad”.

El objetivo del Banxico es mantener una “inflación” razonable dentro del objetivo estimado por el banco de 3% +/- 1%. A julio, la inflación al consumidor se ubicó dentro de dicho objetivo al ubicarse en 3.78% anual la general y en 3.82% la subyacente.

Ante un riesgo de fuerte desaceleración económica mundial, independientemente de la Fed, que el 31 de julio pasado redujo su tasa de fondeo 25PB a 2.25% anual, 13 países, incluido México, han ajustado a la baja la tasa de interés como medida de mayor “flexibilidad” ante una rápida desaceleración económica global.

Ahora, el Banxico tendrá una vigilancia específica sobre el presupuesto 2020 y el riesgo Pemex. Es muy probable que entre septiembre y octubre, las calificadoras evalúen la nota soberana de México y la de la paraestatal.

En caso de que Moody’s baje la calificación de Pemex, en automático serán dos calificadoras (la otra es Fitch) las que ponen en grado especulativo a la paraestatal y el riesgo de movimientos de flujos tanto nacionales como internacionales podrán afectar los movimientos cambiarios de mayor magnitud.

Actualmente, al cierre del 6 de agosto, la tenencia de extranjeros en mercado de dinero registra una “salida” en 2019 de mil 806 millones de dólares. Desde que Donald Trump amenazó con la imposición de aranceles a finales de mayo pasado, la tenencia de extranjeros se ha reducido cinco mil 423 millones de dólares a los niveles actuales.

El peso mexicano ha mostrado estabilidad en el año, pero en las últimas semanas ha pasado de niveles de 19.00 hasta el cierre de ayer en 19.60 en el mercado interbancario, que significa una depreciación de 3.2%.

A todo esto, hay que sumarle los factores externos que ya se están empezando a sentir en el desempeño de los mercados con caídas en bolsas, presión sobre divisas, especialmente de economías emergentes y que tienden a afectar el nivel de confianza, y al final repercute en el consumo y menor crecimiento económico.

Por ello, preocupa el crecimiento para el cierre 2019 y 2020 a nivel mundial, y México estará inmerso en este proceso. El presupuesto 2020 deberá contener un superávit primario, pero también debe dar aliento a la inversión en infraestructura que permita impulsar la actividad económica de nuestro país, pero también tiene, por otro lado, el apoyo que estará requiriendo Pemex y la inversión en Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.

También, el seguimiento al T-MEC tomará relevancia y las probabilidades de que se analice y vote en el Congreso americano en 2020 aumentan.

En lo internacional, tenemos las elecciones en Estados Unidos y el humor de Donald Trump, el Brexit, la fuerte desaceleración de las economías mundiales y en especial la posible contaminación al PIB de Estados Unidos, economías latinoamericanas en recesión o nulo crecimiento como Argentina y Brasil, el desarrollo del conflicto comercial, la desaceleración en Europa y Asia con Alemania y China a la cabeza.

En síntesis, consideramos positiva la decisión del Banxico, pero, desde nuestro punto de vista, asumirá ciertos riesgos que pudieran modificar su perspectiva.

Se está dando la tormenta perfecta en las economías y mercados

Parece que el mundo está viviendo un momento que se encamina a un gran ajuste económico y, por lo tanto, en la percepción de los inversionistas con el riesgo de fuertes correcciones en los mercados. El proteccionismo comercial iniciado por Estados Unidos está generando una fuerte e importante desaceleración mundial que pronto volverán a reconocer el FMI, el Banco Mundial y otros organismos para seguir reduciendo sus estimados de crecimiento en 2019 y 2020.

El conflicto comercial Estados Unidos-China se extiende por toda la región asiática. Singapur recortó ya su perspectiva de crecimiento a casi 0%. India registró su índice de calidad de deuda a mínimos de 19 meses, por lo que podrían anunciarse estímulos monetarios y económicos pronto. En China crece la presión por nuevos estímulos a medida que la demanda del crédito se debilita y los indicadores económicos siguen mostrando el riesgo de una desaceleración mayor. Hay que recordar que el 1 de septiembre iniciará la imposición adicional de aranceles a 10% por un monto equivalente a 300 mil millones de dólares, aunque el presidente Trump confirmó que se desfasará su aplicación al 15 de diciembre para algunos productos como teléfonos celulares, computadoras portátiles, consolas de videojuegos, algunos juguetes, monitores de computadoras y ciertos artículos de calzado y ropa.

Por si fuera poco, Japón crece a tasas bajas y muy lejos de los objetivos del PIB y de inflación. Finalmente, persiste en la región la presión social en Hong Kong que puede afectar su entorno económico.

En Latinoamérica vimos los resultados de la primera vuelta en Argentina con el triunfo amplio de la izquierda y la fuerte respuesta de los mercados con una devaluación acelerada del peso argentino y una fuerte caída de la Bolsa que en una sola jornada perdió casi 40%. La perspectiva no se ve nada fácil. En Brasil, la economía registra ya una recesión técnica con dos trimestres consecutivos de contracción de 0.68% y 0.13%, respectivamente, en un entorno donde se aprobó la reforma de pensiones, pero con un real iniciando nuevamente su depreciación. México no canta mal las rancheras. Nos encontramos en un estancamiento económico y una posición muy difícil para el Banxico en su decisión de política monetaria este jueves.

En Europa, la economía de Alemania registra crecimientos mediocres de 0.7% anual, afectada por el mismo conflicto comercial con Estados Unidos. Italia que recientemente dio a conocer el fin del Gobierno de coalición y la búsqueda de una convocatoria a nuevas elecciones parlamentarias. Tiene un déficit presupuestario muy por arriba de lo permitido. España sin gobernabilidad y su sector bancario debilitándose. Las acciones de Santander España se ubican en sus niveles mínimos cercanos a 2016 y BBVA en mínimos de casi los registrados en 2009.

En Estados Unidos, la economía se viene contaminando, aunque hasta ahora se muestra más defensiva que el resto de países o regiones desarrolladas. Sin embargo, ya Goldman Sachs redujo sus estimados de crecimientos y Morgan Stanley considera que los mercados se desarrollan dentro de un movimiento bajista. La Fed podría seguir bajando su tasa de interés de manera gradual, pero la curva de bonos del Tesoro muestra riesgos recesivos futuros.

Con todo esto, ¿qué podemos esperar de los mercados?

Simple y sencillamente se ven pocos catalizadores a nivel mundial y un aumento en la aversión al riesgo. Es probable que veamos movimientos de alta volatilidad entre septiembre y octubre en divisas y Bolsas con tendencias correctivas. Por eso vemos a un instrumento como el oro subiendo como instrumento de cobertura donde probará los USD$1,580 como resistencia clave. En el año, acumula una ganancia de 18.7%.

 

Semana para el Banxico

La moneda está en el aire. Este jueves, el Banxico decidirá su política monetaria. Hoy vemos factores muy contrastantes para decidir el rumbo de las tasas de interés que se mantienen a 8.25% anual y representan una de las más altas a nivel mundial comparadas contra el bono del Tesoro americano.

Existen posiciones muy encontradas para decidir este próximo jueves 15 si bajan 25 puntos o si permanecen por algún tiempo más sin cambio en 8.25% anual.

Por el lado de un ajuste de 25 puntos base, consideramos, sin duda, el “estancamiento” en que permanece la economía mexicana y el nivel de inflación, tanto al productor como al consumidor que se ubican en el rango de 3 +/- 1% como objetivo del Banxico.

La inflación general al consumidor se ubicó en 3.78% y la subyacente, en 3.82% anual. Esta última aún no termina por ceder a las expectativas del Banxico.

La inflación al productor medida con servicios y petróleo o sin petróleo se ubica en 2.49 y 3.38%, respectivamente. Ambas han mostrado una fuerte desaceleración, medida por estabilidad en precios, pero también por una baja demanda interna.

El crecimiento de la economía en el primer semestre del año fue de 0.3% anual, y para alcanzar al menos el promedio estimado del mercado de 0.9% para 2019 requiere crecer arriba de 1.5% durante el segundo semestre del año. Se ve complicado porque existe un problema muy claro de “gobernanza” (inseguridad pública, incertidumbre de política interna, la corrupción, impunidad, Estado de Derecho, etcétera) que lo está limitando, además de factores externos muy claros, que también vienen propiciando una rápida desaceleración mundial.

Por el lado de flujos de tenencia de extranjeros en mercados, vemos que en mercado de dinero se tiene ya una salida en 2019 por cerca de mil millones de dólares, mientras que en renta variable, a pesar de tener un saldo positivo en 2019 de dos mil 563 millones de dólares, la entrada principal se dio el primer trimestre, mientras que en el segundo trimestre el ritmo de entrada se cayó 82%, y ya en julio empieza a dar números rojos por cerca de 95 millones de dólares. Es decir, inversionistas de portafolios viendo pocos catalizadores en renta variable para esperar una recuperación en el mercado de valores y con riesgos de salida, mientras que en deuda han salido cuatro mil 165 millones de dólares en Cetes y han entrado tres mil 571 millones de dólares en bonos.

Pudiera interpretarse como un posicionamiento en espera de una baja en la tasa de interés por parte del Banxico, pero también pudieran empezar los temores de una baja en la calificación crediticia hacia Pemex y la nota soberana. En el caso de Pemex, si fuera Moody’s, habría ya dos calificadoras en grado especulativo. En ese caso, podrían salir inversiones, y la forma de “frenar una salida importante” es a través de “aumentar la tasa de interés”.

Vemos poco probable que el Banxico, que ha hecho un papel extraordinario, se la juegue de esa manera a bajarla primero y después a necesitar subirla. Ha dado estabilidad al tipo de cambio, y con ello a la inflación.

Consideramos que los tiempos adecuados para una decisión serían después de conocer el Presupuesto 2020 y tener todos los elementos para la revisión de la calificación entre septiembre y octubre, lapso adecuado para que el Banxico tenga dentro de su análisis los factores internos, el rumbo de la economía ya con un tercer trimestre del año en desarrollo y, además, avance del T-MEC con el Congreso americano, los riesgos del conflicto comercial EUA y China, generado en acciones que afectan el entorno de confianza, el Brexit, decisión de política monetaria del BCE y nuevamente de la Fed, con lo que tendrá una mayor visión para una mejor toma de decisiones.

¡¡¡La moneda está en el aire!!!

La gobernanza sobre condiciones externas, el principal factor que afecta a la economía

Desde febrero pasado, el factor de gobernanza ha venido creciendo de manera constante como el principal factor que obstaculiza el crecimiento de la actividad económica en México, de acuerdo a la encuesta del Banxico de hace algunos días.

Los componentes de la gobernanza son:

1. Problema de inseguridad pública.

2. Incertidumbre de política interna.

3. Corrupción.

4. Impunidad.

5. Falta de Estado de Derecho.

Dentro de estos componentes, a la inseguridad pública, la incertidumbre de política interna y la corrupción tienen el mayor peso dentro de la gobernanza.

Ya dentro de la encuesta, la gobernanza en su conjunto representa 54%, mientras que las condiciones externas reflejan 23%. Para nosotros, la situación que pueda mantener la economía de Estados Unidos se vuelve relevante. Destaca la política sobre el comercio exterior en donde se agudiza la negociación entre Estados Unidos y China, que poco a poco van teniendo efecto de manera inicial en los mercados. La caída en Bolsa le pega a la confianza del consumidor y posteriormente afectará el consumo interno.

La política monetaria de la Fed también es un referente de este riesgo externo, porque sus decisiones tienen implicaciones en el flujo de dinero que se mueve a nivel mundial, incluyendo a México. Recientemente la Fed bajó la tasa de referencia a 2.25% anual ante los riesgos sobre la desaceleración económica.

Evans, miembro de la Fed, consideró hace un par de días que estaría en favor a seguir reduciendo la tasa de interés para contrarrestar una inflación lenta (actualmente en 1.6% anual y por debajo del objetivo de 2.0% anual) y ayudar a que la economía tenga un menor impacto del riesgo global.

El Banxico tendrá su reunión de política monetaria la próxima semana, y tanto la inflación como la condición de la economía hacen propicia una baja en la tasa de interés.

Sin embargo, hay temas pendientes que se tendrán entre septiembre y octubre que pueden obstaculizar dicho ajuste, como la entrega del paquete económico 2020 y la revisión de las calificaciones crediticias a México y a Pemex, con el riesgo de que si Moody’s baja la calificación a Pemex, dos calificadoras (la otra es Fitch) dejarían ya en “grado especulativo” a Pemex y la condición de la paraestatal para participar en los mercados se dificultaría, el costo de su deuda aún podría sufrir un incremento y el estatus financiero de la empresa se presionaría al perjudicar las finanzas públicas.

Las condiciones internas pesan 16%, y se incluye la incertidumbre sobre la situación económica interna, la plataforma de producción petrolera y la ausencia de un cambio estructural en México. Por ello, Pemex es muy importante en la condición de flujos en la tenencia de extranjeros, especialmente en mercado de deuda y que hasta la fecha ya pasó a terreno negativo. En 2019, con fecha al 30 de julio, se acumula una salida de 989 millones de dólares, especialmente con la disminución de posiciones de Cetes.

El daño está hecho en los mercados

El desempeño de los mercados es consecuencia del desarrollo de varios eventos que no tienen una fácil solución en materia económica, política y social a nivel mundial y que están deteriorando el crecimiento económico. Estados Unidos es el principal contribuidor a estos eventos, buscando resultados rápidos a conveniencia propia, y la contraparte responde a su medida.

En la parte económica, el proteccionismo comercial está llevando a escenarios de un enfriamiento en la actividad mundial y la redistribución comercial llevará tiempo. Estados Unidos busca reducir de manera importante el déficit comercial que tiene con algunos países como China, Europa, México y Canadá.

En ese sentido, la negociación del ahora llamado T-MEC parece haber dejado tranquilos a los funcionarios americanos que están en espera de que el presidente Trump envíe el documento al Congreso para que en el transcurso de 90 días lo analicen y voten.

Mientras tanto se opera normal como NAFTA, y ante el momento difícil que vive Estados Unidos con China, México y Canadá han tomado ventaja. Datos a junio muestran que el intercambio comercial con México y Canadá asciende a más de 300 mil millones de dólares con déficit de 50 mil y 10 mil millones de dólares, respectivamente.

Con China, las exportaciones de Estados Unidos al país asiático apenas alcanzan los 52 mil millones de dólares y las importaciones suman 219 mil millones. Mantiene un déficit de 167 mil millones de dólares. Vemos que China viene reduciendo su ritmo de compras respecto a 2018. Además, como respuesta a la imposición de nuevos aranceles de 10% a 300 mil millones de dólares, el Gobierno busca que las empresas chinas no compren productos agrícolas y ha depreciado 2.5% su moneda en lo que va del año.

Técnicamente, el yuan tocó niveles de 7.10 y en la actualidad opera más cerca de los 7.00 yuanes por dólar. Sin embargo, arriba de 7.10 vemos niveles de 7.30 o en el mediano plazo a 8.10, nivel que operó en 2004-2005. Ésta es una señal de que el Gobierno de China y su Banco Central podrán reaccionar ante los nuevos aranceles de Estados Unidos. Además, podría bajar su tasa de interés hoy en 4.35%, y con ello impulsar su economía con menor tasa y moneda más alta que ayudará a redistribuir sus exportaciones por otras naciones.

China tiene inversiones por mil 110 billones de dólares en bonos del Tesoro americano y representa una herramienta valiosa. Una salida implica una presión al alza en la tasa y caída en precio, lo que llevaría a “perder” mucho dinero a ambos países.

Estados Unidos tendrá opción en algún momento de pasar la tasa arancelaria de 10% a 25% como los otros aranceles, y con ello, todo producto importado desde China causaría un impuesto adicional, perjudicando al consumidor americano y a las empresas chinas porque habrá menor demanda.

Con todo lo que hemos estado viendo, es claro que ambos países NO llegarán a ningún acuerdo antes del resultado electoral de noviembre de 2020 y, por lo tanto, el enfriamiento de ambas economías es claro.

Los mercados registraron fuertes caídas el lunes pasado, dejando “gaps” o “brechas” que reflejan señales de “debilidad”, y por ello, cualquier respuesta de recuperación de éstos será limitada en tiempo y magnitud.

El índice VIX que mide la volatilidad del S&P500 tocó el nivel más alto en el año, y si supera los 30 puntos, veremos al menos un escenario como el último trimestre de 2018 de rápidas caídas de mercados, demanda de bonos, caída de petróleo, demanda del oro, afectación a mercados emergentes en Bolsas y divisas.

 

Fin al tratado nuclear de Estados Unidos con Rusia aumenta la aversión al riesgo global

Estados Unidos anunció este viernes 3 de agosto el retiro al tratado nuclear con Rusia argumentando que Rusia violó el acuerdo y a partir de ahora desarrollará nuevas armas nucleares. Un acuerdo firmado desde 1987, lo que renueva una “carrera armamentista” global. En su caso, estaría dispuesto a nuevo acuerdo nuclear que incluya también a China. Desde hace seis meses, Estados Unidos advirtió a Rusia que corrigiera sus incumplimientos sin éxito. Desde hace años, China ha estado ajeno a algún acuerdo, y viene invirtiendo en defensa. Hoy representa una amenaza estratégica a largo plazo. China ha dejado en claro que no tiene intención de alcanzar algún acuerdo nuclear.

Esta situación se suma al riesgo geopolítico que incluye a Corea del Norte e Irán, y aunque han estado contenidos y con mínima influencia en el desempeño de los mercados (únicamente con efecto temporal en el petróleo y el oro hasta el momento), la aversión al riesgo se estará incrementando.

Hemos visto a lo largo del tiempo que la forma de recomponer la falta de crecimiento económico, medido a través de recesiones o contracciones en países desarrollados, se da en algunos casos a través de guerras. Es probable que todo este proceso sea muy anticipado a un escenario mundial de contracción. Sin embargo, las cartas se empiezan a abrir.

Actualmente tenemos el problema del proteccionismo comercial, principalmente de Estados Unidos con China, aunque siguen las conversaciones con Japón y Europa. Hace unos días, Japón anunció que saca de su lista “blanca” de socios comerciales a Corea del Sur por problemas y riesgos de seguridad nacional.

El intercambio entre Estados Unidos y China, así como de Japón y Corea del Sur alcanzan los 771 mil millones de dólares y representan cerca de 8% del intercambio global de estos cuatro países, lo que sin duda está afectando el crecimiento mundial. Si lo medimos sobre la “aportación” al crecimiento mundial, estos países representan cerca de 66%.

La preocupación futura viene en la definición de “bloques”. Recientemente hemos visto reuniones entre Rusia y China que buscan aumentar su acuerdo comercial, utilizando en mayor medida sus divisas, el rublo y el yuan que representan cerca de 15% del total de sus operaciones, mientras que 85% aún se toma al dólar americano como divisa referente.

¿Qué podemos esperar de los mercados ante esta situación?

Seguirá la desaceleración de la economía mundial. Los bancos centrales deberán tener de nueva cuenta una mayor interacción en las economías. Es probable que a pesar de que la Fed mantiene optimismo sobre el desempeño de su economía en el mediano plazo, tendrá que seguir utilizando herramientas de política monetaria, y por ello es probable ver una nueva baja en la tasa de referencia al menos en lo que resta del año. El BCE lo seguirá en septiembre y Japón buscará nuevas herramientas.

Seguimos viendo riesgo en mercados de capitales y un mayor posicionamiento en instrumentos en tasas de interés. El dólar puede descansar un rato, pero su tendencia de alza seguirá en el mediano plazo.

El escenario de la Fed no estaba contemplado en los mercados y menos nuevos aranceles

El ajuste de 25 puntos base en la tasa de referencia de la Fed era esperado por los mercados para ubicarse en 2.25% anual. Fue el primer ajuste a la baja en los últimos 10 años, una decisión que, además, no fue unánime. Dos de los miembros del Comité votaron por “mantener” sin cambio la tasa de interés.

Lo que no estaba contemplado es que Jerome Powell comentó que esta baja obedece a un “ajuste en la mitad del ciclo”, con lo que se presume que cualquier baja adicional sería “limitada”, esperando a que la desaceleración de la economía sea transitoria y en algunos meses pudiera retomar su dinámica.

Sin embargo, hay que sumar ahora el momento “electoral” en Estados Unidos. Donald Trump anunció el incremento de 10% a productos de bienes importados de China a la Unión Americana por un monto equivalente a 300 mil millones de dólares a partir del 1 de septiembre. Una amenaza que ya está teniendo “muertitos” como el petróleo que cayó fuerte (-7%), y en contraparte el oro que se vuelve instrumento de cobertura.

Señales que pueden tener efectos diferentes. Una expectativa de una economía americana en desaceleración “moderada” con posible tendencia a reactivarse en los próximos meses de acuerdo a la Fed, pero ahora la imposición de nuevos aranceles a China que tendrán un mayor impacto sobre su economía y la región de Asia y al mundo.

Por ello, consideramos que la curva de los bonos del Tesoro se demande más. El bono a 10 años tendrá aún un probable espacio de baja por un aumento en la demanda con un objetivo hacia 1.70%, donde intentaría rebotar con techo en 2.15%. En el tiempo, abriría espacio para que la Fed siguiera con una nueva baja entre septiembre y diciembre en función de la desaceleración mundial.

Las Bolsas americanas podrían haber encontrado un techo en los máximos recientes y empezar a tener un período mayor de consolidación. El problema es que podrían darse movimientos hasta de 10%, y significa “volatilidad”. De darse ese ajuste por ahora, la tendencia de alza se mantendría en el mediano plazo.

El dólar a través del índice DXY está presentando un movimiento de alza alcanzando su mayor nivel desde mediados de 2017. Su potencial sería entre 2 y 4%, suficiente para generar movimientos volátiles en las próximas semanas.

Con todo esto y la visión que se tiene sobre la economía mexicana, consideramos que los mercados domésticos seguirán la misma inercia.

Las tasas de interés tratarán de mantener el “spread”, aunque con un mayor nivel de aversión al riesgo. El “spread” es ahora de 600 puntos base vs. 575 puntos de los últimos meses. En el mejor de los casos, se trataría de mantener el mismo spread. Lo que vemos preocupante es seguir los flujos de tendencia de extranjeros, que al cierre del 23 de julio se tiene una salida de mil 496 millones de dólares en 2019 en mercado de dinero. Esto podría limitar los tiempos para que el Banxico pueda ajustar la tasa de interés que tanto necesita la economía.

La Bolsa podría intentar algún período de consolidación, mientras respete los 39 mil 300 puntos, ya que de lo contrario y ante una falta de catalizadores, buscaría los 38 mil 350 puntos o si el riesgo global es mayor, hasta arriba de los 34 mil puntos.