Todas las entradas de: Alfredo Huerta

Salvavidas a la economía

El Gobierno federal volteó a ver a la economía que transita por un nulo crecimiento. No hay duda, cualquier proyecto de índole social y político requiere tener finanzas sanas, pero además una economía que registre una actividad positiva que permita hacer los cambios dentro de un ambiente favorable para la sociedad.

La SHCP a través de Arturo Herrera, su secretario, dio a conocer un plan para impulsar a la economía al destinar 485 mil millones de pesos para proyectos de infraestructura, impulsar inversiones, el consumo privado y adelantar compras gubernamentales.
De ellos, 50 mil millones de pesos irán a infraestructura, habrá proyectos de capital público-privado en el sector carretero, hidráulico, transporte y desarrollo urbano.

La Banca de Desarrollo canalizará créditos a las mipymes; además, Fonacot dará préstamos por 1.2 millones de créditos y préstamos de nómina.

Asimismo, la Banca de Desarrollo acelerará préstamos a proveedores del Gobierno y de Pemex.

Lo que falta es darle “certeza y confianza” a la inversión privada para que acompañe estas medidas y permita que la economía mexicana recupere crecimiento de manera “consistente”.

Por otro lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador comentó que le gustaría que el Banxico tuviera un doble mandato, la inflación (a través del poder adquisitivo de la moneda) y la economía. En ese sentido, sería muy posible que el banco central tuviera que balancear la inflación con el crecimiento económico, y ante ello trabajaría con una intención de mantener tasas de interés relativamente bajas que permitan que el crédito y el consumo estén activos.

También comentó que las tasas de interés actuales son muy altas y le gustaría que bajaran, aunque respeta a la institución. En este punto es claro que para el Banxico mantener estable el tipo de cambio significa darle cierta estabilidad a la inflación.

Bajar las tasas de interés sin condiciones estables para la economía generaría un riesgo en los flujos de tenencia de extranjeros, que por cierto se encuentran en mercado de dinero con un saldo acumulado en 2019 negativo en mil 372 millones de dólares al 19 de julio. Cuando hablamos de “condiciones estables” incluimos el desarrollo del PIB, la decisión de la Fed y su política monetaria futura, la evaluación del Plan de Negocios de Pemex por parte de las calificadoras, el Presupuesto 2020, ahora a nivel global el Brexit y el proteccionismo comercial.

Hoy muy probablemente la Fed estará bajando la tasa de interés en 25 puntos base y el “spread” entre las tasas de interés en México y en Estados Unidos se estarán ampliando a 600 puntos base. Sin embargo, el riesgo de una recesión prolongada puede afectar la recaudación futura y aumentaría el riesgo de un deterioro en las finanzas públicas, lo que no necesariamente ayudará a que este aumento en el spread signifique un peso más fuerte y una visión atractiva para los inversionistas que ya han ganado mucho dinero en el primer semestre del año.

Seguridad, salud y economía, los riesgos del Gobierno federal

Durante los primeros siete meses del Gobierno federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha buscado recomponer con cierta velocidad el desarrollo económico, político y social del país, a través de combatir la corrupción y reordenar el gasto público.

Sin embargo, el saldo hasta el momento es un riesgo en el sector salud, un aumento en la inseguridad a nivel nacional y una economía transitando hacia un nulo crecimiento.

La reestructura y centralización del gasto público de una manera radical no han permitido que el mismo Gobierno lo vaya ejerciendo en tiempo y forma, lo que ha generado que la propia actividad económica del país se esté viendo perjudicada. Algunos sectores como el de salud están viviendo un momento crítico ante la falta de medicinas y la atención en tiempo y forma al paciente, incluyendo operaciones de urgencia y programadas.

La seguridad se está viendo rebasada a las expectativas que traía el Gobierno. Este último evento en la Ciudad de México y el número de homicidios acumulados a lo largo de 2019 reflejan la necesidad de nuevas y rápidas acciones que el Gobierno deberá de implementar, porque al final también se reflejan en la confianza de inversión a largo plazo por el sector privado.

El hecho de que el Gobierno no aumente la deuda pública y mantenga un superávit primario en este ejercicio 2019 es positivo para darle estabilidad macroeconómica, pero implica de manera directa una afectación al crecimiento económico, generando menores oportunidades de desarrollo y riesgo de pérdidas de empleos.

La estabilidad macro no implica necesariamente una estabilidad de la economía. Tener hoy un tipo de cambio estable y una inflación dentro del objetivo del Banxico se debe “al nivel tan alto de las tasas de interés”, que al final significa un mayor costo financiero para el Gobierno y para la misma sociedad, donde los créditos se mantienen muy caros y los riesgos de morosidad se incrementan.

El estar bajando los salarios y prestaciones al sector público puede tener dos significados. Que efectivamente había un exceso en la estructura pública, pero la forma del recorte que ha llevado a cabo el Gobierno está deteriorando la calidad del servicio en prácticamente todas las secretarías y empresas paraestatales.

Las compras centralizadas, que tienen un objetivo de reducir la corrupción, han afectado en el accionar a instituciones como el IMSS e ISSSTE, entre otros, con una baja productividad.

Este viernes vimos los resultados trimestrales de Pemex y la CFE. Mantienen serias dificultades para retornar a una rentabilidad consistente. La CFE ganó $11,130 millones y Pemex perdió 52,667 millones. En el primer semestre, sin embargo, ambas instituciones acumulan pérdidas. Pemex enfrenta necesidades de pago por servicio de deuda y una urgencia para estabilizar la producción diaria de crudo. La CFE está en arbitraje con empresas del gasoducto que al final distribuirán gas al menos a un tercio del territorio nacional. En ambos casos, la dependencia con el Gobierno y el bajo crecimiento podrían repercutir en ajustes a la baja en las calificaciones crediticias de México y de estas empresas, además de los riesgos adicionales en la ratificación del T-MEC.

En resumen, a pesar de una estabilidad en el tipo de cambio alrededor de los $19.10 en el mercado interbancario y una inflación debajo de 4.0% anual (primera quincena de julio), estamos viendo una rápida desaceleración de la economía mexicana que puede llevar a un ajuste en la calificación crediticia de México y/o de Pemex y generar una salida de flujos de extranjeros, pasando a un segundo término ese gran “spread” que podría ampliarse esta semana cuando la FED baje 25 puntos base la tasa de interés.

Vemos riesgos futuros sobre la recaudación tributaria y un círculo vicioso que afecte aún más el área de salud y la urgente necesidad de recuperar la seguridad de todos los mexicanos.

Se empaña el panorama para inversionistas extranjeros en los mercados

Desde finales de mayo, cuando Donald Trump anunció la posible imposición de aranceles por la falta de un control migratorio, la tenencia de los extranjeros en mercado de dinero se empezó a ver disminuida en forma acelerada, y a pesar de que esa amenaza ha quedado relegada por otros 45 días (a la primera semana de septiembre), el deterioro acelerado de la economía y el riesgo de una degradación en la nota soberana de México y especialmente de Pemex hacia un grado “especulativo” están afectando el ambiente entre inversionistas.

El mercado sabe que es muy probable que el “spread” de las tasas de interés entre México y Estados Unidos se podrá ampliar “temporalmente”, una vez que la Fed disminuya 25 puntos base su tasa de referencia el próximo 31 de julio a 2.25% anual. Sin embargo, observamos que la “confianza” de inversionistas extranjeros se está cuestionando.

Desde el cierre del 31 de mayo pasado como dato acumulado en el año, la entrada de flujos alcanzó tres mil 617 millones de dólares, y desde entonces ha observado una baja, producto de riesgos arancelarios, ajustes en las previsiones de crecimiento, renuncia de funcionarios del Gobierno, un Plan de Negocios de Pemex en dirección correcta, pero lejos de los objetivos urgentes de estabilizar en el corto plazo la producción diaria de crudo y su efecto hacia el gasto público y sobre las calificaciones crediticias.

Al 15 de julio este flujo de extranjeros ya está “negativo” en 751 millones de dólares. Así, entre junio y julio han salido cuatro mil 360 millones de billetes verdes. Como dato, a mediados de septiembre se tenía un acumulado de más de siete mil millones de dólares como el punto más alto en el año.

Hoy en día, de los flujos extranjeros que permanecen en el mercado de deuda, los inversionistas se están posicionando en bonos gubernamentales y han registrado una “salida” franca en Cetes. Consideramos que están esperando una baja por parte del Banxico, aunque por las condiciones actuales, en el mercado se estima que pudiera ser hacia finales de año, lo que aumentaría por algunos meses el “spread”, en otros 25 puntos base más.

En cuanto al mercado de renta variable, la Bolsa ha venido ajustando 5.0% desde finales de junio, y seguramente el flujo de inversionistas extranjeros ha reducido posiciones, aunque en el acumulado en el año es positivo en dos mil 659 millones de dólares hasta el cierre de junio.

La Bolsa accionaria sin catalizadores

Desde hace algunos meses comentamos que el mercado accionario en México carecía de catalizadores que le permitieran observar reacciones ascendentes para ubicarse de nuevo sobre su tendencia de alza de mediano plazo. Al mismo tiempo, en un marco general, los comparativos trimestrales al 2T y 3T de 2019 serían difíciles.

Desde noviembre de 2018 cuando penetró niveles de 45 mil 500 puntos en un ambiente de caída de mercados globales, truncó una línea de tendencia de alza que mantuvo desde 2008 y en especial de 2011 a noviembre pasado en un claro canal ascendente que desarrollaba.

Desde el triunfo de Donald Trump a finales de 2016 y que llevó primero al peso mexicano a niveles de $22.00 (mdo. interbancario), la inflación a 6% anual, la revisión en su momento del TLCAN y el recorte al gasto público, la economía mexicana entró en un período de más bajo crecimiento, y junto con el proceso electoral, posteriormente, el escenario económico entró a una fase de baja inversión privada y una desaceleración en el consumo.

El Gobierno federal inició su mandato con un reajuste y control en el gasto público con la finalidad de reducir y acabar con la “corrupción” pretendiendo que el recurso llegue sin “intermediarios” al destinatario final. El problema es que una ejecución “lenta” tiene un efecto hacia la economía. Además, la inversión privada está “frenada”.

Entre las decisiones políticas, el retraso en la ratificación del T-MEC (antes TLCAN), la revisión del Plan de Negocios de Pemex por parte de las calificadoras e incertidumbre sobre el rumbo económico, se suma la baja inversión propia del Gobierno federal que está llevando a un estimado crecimiento económico 2019 muy bajo y un 2020 que, sin duda, será también modesto. Lo vimos con la revisión a la baja nuevamente del estimado de crecimiento a México por parte del FMI.

Por todo esto, las empresas que cotizan en el mercado accionario enfrentan un ambiente de desaceleración global acelerada y una economía interna debilitada en el consumo.

Así, independientemente de observar algunos momentos de rebotes técnicos como oportunidades estrictamente de corto plazo, la tendencia secundaria en el mercado es de baja con objetivos que pudiera buscar hacia los 39,000-38,000 puntos en primera instancia, pero no es descartable ver ajustes mayores.

Además, con una tasa de interés sin riesgo de 8.25% por parte del Banxico, el costo de oportunidad es muy alto para el mercado.
Así, vemos riesgos aún para lo que resta del año en inversiones de renta variable local (a excepción de casos aislados de empresas y/o sectores con buen sustento fundamental como comerciales, aeropuertos, etcétera).

Sin embargo, como sucedió en 1995, 1999 y 2008, cuando las condiciones económicas hacen crisis, el mercado, después de un ajuste más significativo, se vuelve una oportunidad de “oro”, y eso no falla. Por eso, habrá que dejar al mercado aún en su fase correctiva y posicionarse cuando técnicamente se vean condiciones de acumulación y dentro de los rangos arriba mencionados.

El Brexit en los mercados

Este lunes 22 de julio, el Partido Conservador en Reino Unido tendrá sus elecciones, y llevará a cabo la votación de 160 mil miembros del Partido Conservador para definir al nuevo primer ministro en sustitución de Theresa May, que dejará el interinato en esta semana. La decisión más probable de acuerdo a las últimas encuestas dan una clara ventaja a Boris Johnson, quien ha insistido en que logrará “sacar” a la Gran Bretaña de la Unión Europea a más tardar en la fecha programada del 31 de octubre. Lo ratificó inclusive en el último debate del miércoles pasado. Las casas de apuestas también le asignan una alta probabilidad de triunfo.

Ante su “agresividad”, los diputados británicos aprobaron el jueves pasado una cláusula destinada a impedir la suspensión del Parlamento para forzar a un Brexit sin acuerdo, algo que con fechas anteriores, Boris Johnson venía comentando en caso de no apoyar su propuesta.

El Partido Laborista británico, liderado por Jeremy Corbyn, convocó a sus seguidores a concentrarse el próximo jueves 25 frente al Parlamento, para exigir al nuevo jefe de Gobierno electo por los conservadores, a que convoque a elecciones generales “porque esta crisis no puede continuar”. La manifestación tendrá lugar un día después de que el gobernante elegido por la membresía del Partido Conservador haya asumido el puesto de la renunciante Theresa May.

En lo que va de 2019, la Bolsa de Londres, el FSTE registra una ganancia de 11.5% y la libra esterlina ha perdido 1.96%, aunque desde mediados de marzo, cuando alcanzó su nivel más alto en 1.33, registra una contracción de 6.2%.

Hasta ahora, los inversionistas que participan en ellos han considerado más a la política monetaria global que a los aspectos internos. Sin embargo, es muy probable que de ahora en adelante, el Brexit tome mayor relevancia y empiecen a salir escenarios para la economía británica con o sin acuerdo.

La Bolsa, que ya no ha logrado alcanzar los máximos históricos de mayo de 2018, podría generar riesgos de baja hacia los seis mil 800 puntos, que representan contracciones de casi 10%, mientras que la libra situada en 1.25 dólares podría ver regresos hacia 1.20-1.18 dólares, que representan posibles depreciaciones superiores a 5.0%.

El PIB de Reino Unido representa cerca de 1.8% mundial y casi 5% al valor de capitalización global de los mercados, por lo que consideramos que tendrá un efecto hacia los mercados en global, ya que el fuerte vínculo con la Unión Europea en esta separación incluye a más de 11% en el valor de capitalización global. El Banco de Inglaterra (BoE) tendrá una mayor interacción con los mercados.

Con esto, consideramos que el Brexit estará dentro de las variables de corto plazo, que los manejadores de fondos incluirán en su análisis para su toma de decisiones.

Se sumará al proteccionismo comercial en donde Estados Unidos y China no logran dar los avances necesarios para retomar las negociaciones y al aumento en las tensiones geopolíticas con Irán en los últimos días, y en especial con Gran Bretaña y Estados Unidos, que al final están detonando un menor desempeño de la economía mundial.

Así que empecemos este lunes con la votación, y una vez que cierre el horario de la elección habrá anuncios importantes que posiblemente lleven a que el martes tenga alguna implicación en los diferentes mercados.

Parece que las calificadoras decidirán con el presupuesto 2020 del Gobierno federal

Después de que el Gobierno federal diera a conocer el Plan de Negocios de Pemex, las calificadoras crediticias Moody’s, HR Ratings y S&P Global dieron algunas entrevistas y generaron algunos comentarios en diversos medios de comunicación que nos hacen ver, en suma, que la revisión de las calificaciones de la nota soberana y de Pemex las harán entre septiembre y octubre próximos.

En general, el hecho de que el Gobierno federal apoye con recursos a Pemex y reduzca la carga fiscal desde 65% hasta 58% en 2020 y a 54% para 2021 implica que el presupuesto federal de 2020 se volverá relevante. Evaluar qué tanto va a afectar a las finanzas del Gobierno para el ejercicio 2020, en medio de una rápida desaceleración de la economía y con un bajo nivel de inversión pública y privada, será un tema de seguimiento.

Dentro de las entrevistas vimos “diversidad” de opiniones entre las mismas calificadoras, desde un Plan de Negocios con pocas sorpresas, hasta insuficiencia en el apoyo federal a Pemex. Pero quedan muchas dudas de información para llegar a números muy optimistas que buscarán darle la vuelta a la producción diaria de crudo, el tema de las reservas de crudo con que se cuentan, la cancelación de farmouts, abrir contratos de servicios menos atractivos para la iniciativa privada y toda la reducción de costos de producción y operación.

Sin embargo, nos queda claro que el Gobierno federal buscará a toda costa recuperar el sector energético, tratando con prioridad que Pemex y la CFE retornen primero a la rentabilidad y posteriormente que sean la palanca de un crecimiento en el desarrollo nacional. Por ello, limitará la actuación de la inversión privada, nacional o extranjera en la medida de lo posible.

Quiere ganar tiempo para preparar y poder presentar un presupuesto 2020, que contemple la aplicación de los programas sociales comprometidos, el apoyo comprometido a Pemex, recursos dirigidos hacia el control migratorio, intentos de aplicación hacia la inversión pública para tratar de reactivar la economía y, además, seguir con su plan de austeridad republicana con un control de gasto público que permita mantener el objetivo de un superávit primario.

En ese sentido, consideramos que la recaudación tributaria se volverá relevante. Hoy, representa alrededor de 63% del presupuesto de ingresos y para 2020 tendrán que sustituir el menor ingreso por cuenta de Pemex con una mayor presión por este rubro y en medio de una economía de bajo o nulo crecimiento y, además, con un entorno internacional más complicado y en desaceleración.

Los mercados, principalmente el de capitales, está resintiendo el efecto de un menor crecimiento y menor atractivo y demanda de inversionistas, reportes con sesgo más débil en ventas y flujo operativo de las empresas en este segundo trimestre del año.

Técnicamente estamos viendo que la resistencia de 44 mil puntos se está volviendo muy pesada y, en contraparte, aumenta su riesgo de corrección a la baja de manera más significativa.

El tipo de cambio sigue oscilando entre $19.35 y $18.85 desde mediados de junio hasta la fecha. Sin embargo, estamos viendo un mayor volumen de operación y una tenencia de extranjeros que vienen reduciendo posiciones en el mercado de deuda y un menor ritmo de compra en capitales.

El spread entre las tasas de interés de México y Estados Unidos es de 575 puntos base. La Fed podría bajar la tasa de interés en julio o en septiembre, pero el Banxico quizá aún no, esperando primero a la revisión de las calificadoras, y si todo va bien, que el flujo se estabilice; hacia noviembre-diciembre podría hacerlo quizá.

Qué le falta al Banxico para bajar la tasa de interés

El banco central tiene como objetivo garantizar el poder adquisitivo de la moneda, y con ello mejorar el bienestar de los mexicanos. Esto significa en otras palabras que una “moneda estable” ayudará a que la inflación se ubique dentro del objetivo de 3.0% +/- 1.0% y en un entorno en donde la economía mantenga una dinámica favorable por una política económica y monetaria congruente.

Implica un trabajo permanente de funcionarios del Banxico con el Gobierno federal a través principalmente de la Secretaría de Hacienda.

Pero, cómo estamos hoy?

Desde diciembre de 2015 con tasas de referencia a 3.0% anual, el Banxico tuvo la necesidad de iniciar un proceso de alza en la tasa de interés por dos factores, primero, que la Fed inició un ciclo de normalización en su política monetaria aumentando las tasas de interés, y segundo, algunos indicadores como la deuda pública / PIB que fue direccionando hasta 48.5% con las repercusiones de fuertes recortes al gasto público en la administración pasada.

El Banxico ha logrado en el tiempo estabilizar al peso mexicano, a pesar de ver por momentos movimientos especulativos más significativos. Tuvo que subir las tasas de interés mucho más de lo “deseado” para alcanzar un “spread” entre las tasas de interés de Estados Unidos y México, lo suficientemente atractivas para “estabilizar” al tipo de cambio y poder controlar algunos riesgos sobre la inflación. Esto ha representado un mayor costo financiero para el Gobierno federal, pero también para la población que ha perdido gran parte del poder de su disponibilidad monetaria.

En lo que va del año, el peso mexicano se ha revaluado alrededor de 3.0% y la inflación acumulada apenas alcanza 0.27% a junio, con estimados en el año alrededor de 3.70-3.80% anual. Sin embargo, la economía enfrenta una rápida e importante desaceleración que podría alcanzar “la recesión técnica”.

Si la Fed baja la tasa de interés como se espera en julio y/o en septiembre, el spread “aumentará” en un principio otros 25 puntos base. No obstante, estamos viendo algunos riesgos sobre los “flujos” hacia nuestros mercados y sobre inversiones directas de mayor plazo de nacionales y extranjeros. Por un lado, la revisión del Plan de Negocios de Pemex y, por otro lado, la ratificación del T-MEC, que todo apunta a que será hasta 2020 cuando el Congreso Americano determine su votación. Ahí vemos que el conflicto de la CFE con las empresas ligadas al gasoducto de Texas a Tuxpan puede contaminar la ratificación.

Dentro del Plan de Negocios de Pemex observamos que el Gobierno federal tomará en “directo”, a través del gasto público, la construcción de Dos Bocas. Habrá una reducción en la carga fiscal, en 2020 de 65% a 58% y para 2021 a 54%. Se muestra muy dudoso el ritmo de participación de las empresas privadas (farmouts).

El Gobierno, sin duda, quiere un sector energético con Pemex y la CFE “del y para el Estado” con el beneficio de erradicar la “corrupción”. Ahora veremos a las calificadoras evaluar los recursos, estrategias y eficiencias para recuperar la producción diaria de crudo, solventar el pago de capital e intereses y su plan de inversiones, con el fin de recuperar la rentabilidad de Pemex lo más pronto posible y así determinar si hay ajuste en la nota soberana de México y en Pemex, especialmente de S&P que ha permanecido más expectante todavía.

Los futuros en el mercado muestran la posibilidad de que el Banxico baje la tasa de interés el último bimestre del año en 25 puntos base si las condiciones de estabilidad prevalecen. A la economía le urge, pero el ambiente externo (Brexit, conflicto comercial) e interno aún es incierto en estos momentos.

La Fed y China pueden nublar el entorno de las bolsas americanas

Los mercados en Estados Unidos, que se encuentran en máximos históricos, tendrán varios eventos inciertos junto con la cercanía de reportes corporativos al segundo trimestre del año.

La reunión comercial con China sigue en stand by. En días pasados, el Gobierno de China solicitó un trato normalizado para Huawei, lo que significa quitarlo de la lista negra de empresas sobre riesgos contra la seguridad nacional, así como quitar la imposición de aranceles actuales por 250 mil millones de dólares a 25%.

Por su parte, el Gobierno de los Estados Unidos únicamente cedió en extender el plazo de una posible imposición de aranceles al resto de las importaciones chinas por 300 mil millones de dólares y dejó a algunas empresas americanas venderle ciertos insumos a Huawei, pero la mantiene dentro de la lista negra.

Hasta ahora se ha hablado de un avance de 90% en las negociaciones generadas desde hace un año aproximadamente. Sin embargo, el 10% restante requiere resolver diferencias muy importantes. China tendría que hacer reformas para modificar el tratamiento fiscal y operativo de empresas estatales, a lo que el Gobierno chino se ha negado. También habría cambios legales en derechos de propiedad intelectual y temas de ciberseguridad, entre otros, por lo que asumimos que esta negociación seguirá tratando de llevarse hacia los siguientes meses con los riesgos arancelarios sobre el proteccionismo comercial y la impaciencia de Donald Trump.

Por el otro lado, para Donald Trump, la Fed es la institución de mayor “peligro” para el crecimiento económico de su país. Asume que con su política monetaria actual sigue fortaleciendo al dólar y afecta el intercambio comercial, con lo que perjudica el crecimiento de la economía americana que podría ir “como avión”.

Por su parte, la Fed se ha fijado como objetivo el máximo empleo, la estabilidad de precios y moderadas tasas de interés a largo plazo. Jerome Powell y los miembros tienen claro que la economía está mostrando una moderada desaceleración hasta ahora, que la inflación está ligeramente por debajo del objetivo estimado de 2.0% anual y que el empleo se mantiene fuerte, con lo que dio un primer paso al modificar desde diciembre pasado su postura restrictiva hacia una postura más neutra.

El mercado ha anticipado una probable baja desde julio próximo por la ubicación de la curva de los bonos del Tesoro. De acuerdo a la curva en las tasas de interés a lo largo del tiempo, es posible bajas entre 25 y 50 puntos base en estas próximas reuniones de julio y septiembre.

Nosotros consideramos que el empleo sigue fuerte promediando en los últimos 12 meses 188 mil nuevas plazas y que la inflación estará rondando entre 1.5 y 2.0% anual en lo que resta de 2019. Sin embargo, vemos algunos indicadores como los PMI de manufactura y servicios, ventas minoristas y producción industrial, entre otros, en una desaceleración. Por ello, es probable que baje la tasa de interés, pero de manera gradual de 25 puntos base y muy probablemente sea julio, aunque para septiembre habría una mayor información de todas estas variables, así como del entorno que rodea a la economía.

Así, vemos que las Bolsas vuelven a mostrar cierto agotamiento en un nuevo intento de registros históricos, en medio del inicio de los reportes corporativos que tendrán ya comparativos más normalizados después del efecto inicial de la reforma fiscal en Estados Unidos.

Técnicamente, el Nasdaq, por ejemplo, tiene una resistencia importante sobre los 8,300 puntos, el S&P500 tiene resistencia ligeramente arriba de los 3,000-3,100 puntos y el Dow Jones no muy lejos ya de las 27,350 unidades.

¿Y qué pasó con los mercados?

Sorpresiva, pero no inimaginable la renuncia del doctor Carlos Urzúa al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Generó un momento de gran incertidumbre que se reflejó en el comportamiento de los mercados. Ayer por la mañana, el tipo de cambio alcanzó un mínimo de 18.88 pesos por dólar previo al anuncio.

Sin embargo, tocó en su peor momento de la sesión un máximo de 19.33 pesos en un intervalo de tiempo menor a 30 minutos. El mercado accionario, por su parte, registró una caída de casi 500 puntos, equivalente a 1% en ese mismo periodo, mientras que en el mercado de deuda, la incertidumbre y volatilidad se reflejaron claramente en el movimiento de un rebote al alza en las tasa de los bonos gubernamentales con rango desde cinco y hasta 21 puntos base de diferencia.

Con esto, vemos claramente que cualquier noticia que afecte la estabilidad macroeconómica del país generará una respuesta en automático en el movimiento de flujos de los inversionistas nacionales o extranjeros sin evaluar ese “gran spread” entre tasa de interés de México y Estados Unidos, que en los últimos meses le ha dado estabilidad principalmente al tipo de cambio y tasas de interés.

El doctor Urzúa renuncia a escasos días de darse a conocer el Plan de Negocios de Pemex que va a ser determinante para su calificación crediticia y la del rating soberano de México. Además, la SHCP ya envió a la Cámara de Diputados la Estructura Programática 2020 que es el primer paso para establecer el Presupuesto del año que entra.

Ahora, el momento crítico vendrá para el Banco de México, que por un lado tiene una economía con débil crecimiento y una inflación estable, pero que por otro lado enfrenta la gran volatilidad de los mercados a través del movimiento de flujos.

Las decisiones políticas, sin duda, afectarán la confianza de inversionistas a corto, mediano y largo plazo.

La renuncia del doctor Urzúa preocupa a los organismos empresariales del país, a inversionistas extranjeros y a la sociedad, ya que era considerado como uno de los mejores funcionarios en la actual administración por su capacidad técnica y por mantener una visión de disciplina fiscal en las finanzas públicas. El maestro Arturo Herrera fue nombrado por el Presidente como nuevo secretario de Hacienda, pero necesariamente deberá ser ratificado por la Cámara de Diputados en los próximos días.

De esta forma, es muy probable que aumente el riesgo y la volatilidad de mercados. Si el tipo de cambio (mercado interbancario) supera 19.35 pesos, extenderá el movimiento hacia 19.60 pesos; la Bolsa podría acelerar un movimiento correctivo si confirma un cierre por debajo de 42 mil 700 puntos y por el lado de las tasas de interés podríamos ver cierta presión al alza en los diferentes plazos.

Datos de empleo e inflación en la mira de la Fed

La economía americana viene transitando en los últimos meses dentro de un proceso de desaceleración económica, luego de que al cierre del primer trimestre, la economía creció a 3.1% anual. El objetivo que tiene la Fed es vigilar el máximo empleo, la estabilidad en los precios y moderadas tasas de interés a largo plazo.

Varios datos han venido mostrando un menor ritmo en su expansión como los indicadores de manufactura y servicios, la producción industrial y las ventas minoristas, entre otros.

Por su parte, el mercado ya tiene por descontado en el movimiento de la curva de los bonos del Tesoro quizá dos movimientos de baja, aunque no necesariamente definido en qué tiempo.

Sin embargo, el viernes pasado se conoció el dato de empleo al mes de junio que registró una creación de 224 mil nuevas plazas y aumentó en tres mil plazas las registradas en mayo. Este dato fue muy superior al esperado de 160 mil puestos. Con ello, el promedio de los últimos 12 meses asciende a 188 mil plazas, lo que no se muestra tan lejos de un promedio general por mes de 200 mil plazas en los últimos años.

El promedio de ingreso por hora permaneció en 3.1% anual y desde mediados de 2018 se ha mantenido en un rango de entre 3.0 y 3.4%, arriba de la inflación anual.

Por el lado de la inflación, la del consumidor se ubica en 1.8% anual en mayo, aunque persiste la posibilidad de que una inflación baja mensual en junio pudiera llevarla esta semana a una tasa anual de 1.5%, por lo que Jerome Powell ha manifestado que la baja inflación sería transitoria. La inflación al productor en contraparte podría presionarse hacia 2.0% anual desde 1.8% actual.

Con todo esto, vemos que la Fed no la tiene tan fácil como para bajar la tasa de interés ahora en julio, a pesar de que los futuros en el mercado así lo reflejan. Podría esperar un mayor número de datos de empleo e inflación como para tomar una decisión y quizá sea en septiembre cuando decida bajar la tasa 25 puntos base, en medio de una mayor información sobre el conflicto comercial de EUA y China, el desarrollo del Brexit, el riesgo geopolítico con Irán, resultados trimestrales de las empresas y quizá ya datos preliminares del PIB al segundo trimestre del año

 

 

Trump relaja la presión a México sobre aranceles y Banxico observa los flujos

Derivado de una fuerte presión del Gobierno americano, el buen trabajo del Gobierno federal liderado por Marcelo Ebrard, el presidente Donald Trump anunció “que quita de la mesa la amenaza de aranceles al comercio mexicano”. Esto significa un respiro para las empresas e inversionistas sobre las presiones que estará generando a lo largo de su campaña electoral.

Después de que Donald Trump anunciara el riesgo de imposición de aranceles el 31 de mayo pasado, los nuevos flujos de tenencia de extranjeros en mercado de dinero en 2019 pasaron de tres mil 600 millones de dólares a tan sólo 168 millones de dólares el 7 de junio. Sin embargo, al cierre del 21 de junio como último dato conocido, la tenencia se ubica en dos mil 203 millones de dólares, por lo que ahora el tema crediticio y la ratificación del T-MEC por el Congreso americano y canadiense serán los que estén en el radar de inversionistas, y esta diferencia de casi mil 400 millones de dólares veremos si retornan.

Para el Banxico se vuelve relevante ante la posibilidad de que la Fed baje en julio o septiembre la tasa de interés. Si el spread entre las tasas de interés vuelve a ser el punto de llegada de flujos, quizá el Banxico podría, en ese caso, también ajustar a la baja la tasa de interés 25 puntos hacia septiembre y mantener el spread, con lo que ayudaría, sin duda, a la actividad económica del país.

Ahora el IMEF y la calificadora S&P se sumaron al recorte en la estimación de crecimiento económico 2019 para México al ubicarla en 0.9% y 1.3%, respectivamente, aunque S&P consideró que en un entorno más adverso el crecimiento podría alcanzar apenas 0.8% anual.

Los asuntos políticos internos y la continua amenaza sobre los aranceles al comercio global afectan el entorno de la inversión y el consumo. Para el IMEF, la inversión privada representa 85% de la economía. Además, si las calificadoras siguen bajando la nota de Pemex y la petrolera pierde el grado de inversión (por dos calificadoras), se agravaría el entorno económico del país.

Segundo semestre de prueba para la economía y mercados

Este lunes inicia la segunda parte del año en materia económica y de mercados financieros, donde siguen pendientes grandes eventos de índole mundial, pero también en la parte interna.

Eventos globales:

1. Estados Unidos y China retomarán conversaciones. No habrá por el momento más aranceles y empresas americanas podrán vender componentes a Huawei. Seguirán los aranceles actuales por 250 mil mdd a 25%. Dicen de un avance de 90%, pero el 10% restante presenta grandes diferencias.

China no cambiará leyes que afecten el desempeño de empresas estatales (fiscales y operativas); Estados Unidos presiona sobre los derechos de propiedad intelectual y en los temas de ciberseguridad, entre otros puntos.

2. El Brexit irá tomando relevancia conforme se acerque el 31 de octubre. El 22 de julio se conocerá al nuevo mandatario que sustituirá a Theresa May.

Existe más de 70% de probabilidades de que triunfe Boris Johnson, un pro Brexit para que Reino Unido salga de la Unión Europea con o sin acuerdo.

3. Avance en el proceso electoral en Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales y del Congreso en 2020, pero que ha iniciado con el relanzamiento de Donald Trump y la participación de alrededor de 20 demócratas que buscan la candidatura de su partido.

4. La tensión geopolítica con Irán que presiona a Europa en torno al acuerdo nuclear y en medio de las sanciones impuestas por Estados Unidos. Se vincula, por un lado, al comportamiento del petróleo y por otro en el riesgo de aversión en los mercados. Habrá reunión de la OPEP en donde existe una gran probabilidad de extensión en el recorte de la producción diaria de crudo junto con Rusia y otros países.

5. Desaceleración económica mundial. Seguirán ajustes en el sector manufacturero mundial con China en contracción por el proteccionismo comercial y la pérdida de ritmo en el sector servicios.

6. En las próximas reuniones de la Fed es posible que la tasa de interés disminuya 25 puntos base con una política monetaria un poco más “acomodaticia”. El BCE y el Banco de Japón seguirán sin cambio y el Banco Popular de China podría reducir su tasa de interés en este segundo semestre del año.

Eventos internos:

1. Plan de Negocios de Pemex, que implique revertir la caída en la producción diaria de crudo, solventar el pago de vencimiento y servicio de la deuda, inversiones rentables y estructura más competitiva sin afectar el gasto público con el análisis y revisión de las calificadoras crediticias.

2. Ratificación del T-MEC por los Congresos de Estados Unidos y Canadá.

3. Avance del PIB al segundo trimestre de 2019. Ver si el Gobierno acelera inversiones y gasto público que permita mejorar la actividad económica nacional.

Al cierre del primer semestre, los mercados en México registraron rendimientos positivos como la Bolsa +3.65% nominal y +6.2% medido en términos de dólares, el peso mexicano registró una apreciación de 2.2% y las tasas de interés con una tasa de fondeo referente en 8.25% anual con una inflación acumulada en 0.23% hasta la primera quincena de junio.

Ahora tendrán baja operatividad por el verano. El Banxico podría bajar en el último cuatrimestre del año la tasa de interés, el peso mexicano sufriría cierta depreciación y a la Bolsa aún le faltarían catalizadores que le dieran un atractivo más consistente a la simple valuación, pero un entorno limitado.

 

Dos caras diferentes al cierre del primer semestre de 2019

Claramente se observa una divergencia marcada entre el desempeño de los portafolios de inversión en México versus el desempeño de la economía.

A veces no entendemos muy bien por qué si la economía muestra un desempeño débil y con gran incertidumbre en el rumbo del país a través de decisiones políticas más que de razonamiento de costo-beneficio, los mercados mantienen rendimientos atractivos en un marco de una aparente estabilidad financiera.

Así, prácticamente está terminando el primer semestre del año. En el ámbito económico, el riesgo de un muy bajo, nulo o de posible recesión técnica en el desempeño de nuestra economía está en puerta y, por otro lado, el rendimiento de los portafolios registra números positivos.

En mercado de dinero, el Banxico ha mantenido sin cambio las tasas de interés en 8.25% en lo que va del año, y ha permitido, junto con las expectativas de política monetaria de la Fed, mantener rendimientos atractivos a lo largo de toda la curva, es decir, desde plazos cortos y hasta plazos de 10, 20 y 30 años.

En lo que se refiere al mercado accionario, la Bolsa ha permanecido dentro de un ambiente de baja operatividad, con inversiones adicionales de extranjeros por momentos, pero que suman más de dos mil 500 millones de dólares en este año; el rendimiento acumulado ronda 4.0%, que si lo anualizamos se duplicaría a 8.0%.

Lo que ha sido un costo de oportunidad en las inversiones en la compra del dólar, ya que el peso mexicano registra hasta el momento una apreciación de 2.4% en el año.

Pero todos estos rendimientos están ligados a la política monetaria que ha modificado la Fed. El hecho que desde diciembre pasado se modificó la visión al dejar a un lado la idea de seguir normalizando su política hacia una mayor flexibilización, generó un cambio en la visión de los grandes manejadores de recursos a nivel mundial.

Se aprovecha el diferencial de tasas de interés de economías emergentes como la de México, y el flujo de inversión por extranjeros hacia papeles mexicanos ha ayudado a la estabilidad del peso mexicano, aunque con un costo alto para el Gobierno federal, en donde el costo por servicio de deuda se ha mantenido muy alto.

Las inversiones también buscan activos con riesgos, como las Bolsas y, en especial, los mercados americanos que muestran fuerte liquidez y una economía que aunque se desacelera, presenta mayor solidez en relación a otros países o regiones desarrolladas. Sin embargo, también hay flujos en menor medida hacia mercados emergentes y la Bolsa, aunque limitada en empresas líquidas, también resulta beneficiada.

¿Hacia dónde se vislumbra el segundo semestre?

En el ambiente internacional, el Brexit, el proteccionismo comercial, las tensiones geopolíticas, el cambio de liderazgo en Alemania y las próximas elecciones en EUA, sin duda, seguirán afectando el ritmo de crecimiento mundial, incluido Estados Unidos, y los mercados podrían tomar otra dirección en un marco de mayor aversión al riesgo.

Habrá que ver el comportamiento de la Fed y otros bancos centrales importantes en medio de estos eventos. Sería bueno considerar estos aspectos y buscar un posicionamiento más conservador en los portafolios.

Mañana será el turno para el Banxico

Durante las últimas dos semanas hemos estado teniendo decisiones de política monetaria de Bancos Centrales importantes como la Fed, el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra (BoE) y el Banco de Japón (BoJ), en donde las condiciones de las economías están provocando un cambio de escenario hacia una mayor “flexibilización monetaria”, es decir, seguirán promoviendo diversos estímulos a través de programas de financiamientos baratos en algunos casos, la compra de activos como bonos gubernamentales, hipotecarios, corporativos en otros casos y el probable inicio de movimientos a la baja en las tasas de interés.

Este cambio se debe a la rápida desaceleración de varias economías como las de Europa y Japón. El riesgo del proteccionismo comercial iniciado por Estados Unidos está llevando a países como China a perder impulso en su actividad económica.

Estados Unidos mostró un primer dato de creación de empleos en mayo por debajo de lo esperado y la inflación anual al productor y consumidor desacelerando, aunque aún cerca de su objetivo de 2.0% anual. Sólo algunos datos como los PMI de manufactura y servicios se ajustan a niveles de baja expansión. Por ello, los futuros en el mercado estiman que la Fed bajará la tasa de interés en julio o como lo esperamos sea en septiembre.

El Banxico, por su parte, estima un crecimiento de la economía anual en el orden de 1.3%, cuando en junio de 2018 estimaba que para 2019 la economía crecería 2.3% anual. Está perdiendo ritmo a gran velocidad como lo manifestó Barclays recientemente.

La inflación ronda 4.0% anual en la actualidad, pero la “subyacente” se presiona a 3.87% anual, y no cede terreno. El bajo nivel de confianza está llevando a un ajuste en la inversión y el consumo privado. La inversión pública ha sido mínima en estos seis meses del Gobierno actual.

Inversionistas, analistas y calificadoras estamos a la espera de conocer el Plan de Negocios de Pemex a finales de junio o principios de julio.

Determinará en gran medida su estrategia para recuperar la rentabilidad y enfrentar los vencimientos que tiene sin perjudicar las finanzas públicas.

Además, estamos a la espera de ver si el Congreso de Estados Unidos ratifica el T-MEC y si la respuesta al tema migratorio genera que Trump y el Gobierno americano se abstengan de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas a su país.

Todo ello llevará al Banxico a mantener sin cambio la tasa de interés en 8.25% anual mañana. Sin embargo, a pesar de que el riesgo sobre la economía va a la baja, es posible que el Banxico no pueda ir a la par de la Fed, y tendrá que mantener una tasa real muy alta que podría servir para tratar de contener las presiones sobre el tipo de cambio con un mayor spread.

De ahí la importancia de conocer el Plan de Negocios de Pemex, que ojalá sea congruente y las calificadoras otorguen mayor tiempo para ver resultados. De lo contrario, tendremos un segundo semestre más complicado en flujos de mercados con efecto a la economía.

Un cambio de lenguaje más preocupante

La Fed decidió mantener sin cambio la tasa de interés en 2.5%. Sin embargo, hubo algunas modificaciones en su comunicado. Dejó a un lado la promesa de “ser paciente”, y ahora “actuará según sea apropiado” para sostener casi una década de expansión.

El 41% de los miembros de la Fed abrieron la posibilidad de reducir la tasa de interés hasta en dos ocasiones en lo que resta del año. Quizá en ese sentido iniciarían en julio, un mes poco propicio para hacer movimiento en tasas. Ahí veríamos con mayor preocupación que la Fed observa riesgos mayores sobre la economía.

El 47% consideró apropiado reducir la tasa de interés en una sola ocasión en el año para ajustar un poco las presiones en mercado de dinero y cambiario. En ese sentido, consideramos apropiado el mes de septiembre, donde también, como cada trimestre, actualiza estimados de crecimiento, inflación y empleo, hay conferencia y desde luego el comunicado.

La curva de los bonos del Tesoro está descontando que la Fed sí bajará la tasa de interés. La pregunta es ¿cuándo y cuántas veces?

Entre sus estimados, el crecimiento económico en 2019 lo mejoró ligeramente de 2.05 a 2.10% anual. En contraparte, la inflación se ajustó a la baja a 1.5% anual, mientras que el empleo seguirá fuerte.

Bancos centrales, con visión “conservadora”

Esta semana tuvimos decisiones de bancos centrales como la Fed, el Banco de Japón (BoJ) y el Banco de Inglaterra (BoE). Además, hubo comentarios en la semana de Mario Dragui en donde abre espacios a una posible baja en la tasa de referencia. Hay coincidencia en que, además, los tres bancos en turno consideran como riesgo la desaceleración de la economía mundial, derivado, entre otras cosas, del proteccionismo comercial.

La Fed mantuvo sin cambio la tasa de interés en 2.5% anual. Entre los puntos importantes destacó:

1. Mantiene expansión moderada y un sólido sector laboral, pero preocupa la desaceleración global por efecto de guerra comercial con China y menores presiones inflacionarias.

2. NO SE DESCARTA la posibilidad de recortar su tasa de fondeo si las tensiones comerciales afectan las expectativas de crecimiento.

3. Mejora su expectativa de PIB y desempleo, pero inflación sigue bajando.

Por su parte, el Banco de Japón mantuvo la tasa de interés en -0.1% anual con una inflación a 1.0%, lejana a 2.0% como objetivo. Entre los puntos importantes, consideró:

1. La economía nipona mantendrá una expansión moderada, a pesar de la desaceleración global que seguirá impactando negativamente en la demanda externa.

2. Le preocupa la guerra comercial Estados Unidos-China y su impacto en mercados financieros y en países emergentes, así como el Brexit.

3. La inflación sigue mostrando debilidad (0.9% anual en abril), pero confía que alcanzará el objetivo de 2.0% anual en el mediano plazo.

Entre tanto, el Banco de Inglaterra (BoE) mantuvo sin cambio la tasa de interés en 0.75% anual. El proceso de sustitución de Theresa May va tomando forma con un liderazgo de Boris Johnson, una persona “pro Brexit”. La fecha de salida de la Unión Europea es el 31 de octubre, y genera un riesgo de alta incertidumbre sobre la condición de la economía.

Algunos datos importantes de sus variables macroeconómicas. La deuda / PIB representa 85.4% y la cuenta corriente respecto al PIB alcanza -4.0%.

Por ello, una salida sin acuerdo podría traer consigo una fuerte volatilidad sobre sus mercados, la libra, la Bolsa y las propias tasas de interés. Los niveles de confianza hacia la inversión y el consumo podrían moderarse. Entre los puntos destacables expuestos:

1. Considera que la tasa deberá elevarse de manera limitada y gradual.

2. Le preocupa el deterioro en las perspectivas globales como consecuencia de la guerra comercial Estados Unidos-China.

3. El BoE recortó a cero su estimación de crecimiento para el 2T19, ante el temor de un Brexit sin acuerdo.

4. El BoE dijo que las condiciones financieras en Reino Unido se habían flexibilizado desde el mes pasado, lo que ayudaría en los pronósticos futuros de crecimiento e inflación.

Cortesía de 24 HORAS

Siguen reduciendo las previsiones de crecimiento de nuestra economía

Este lunes pasado, el turno fue para Moody’s, que redujo de nueva cuenta el estimado de crecimiento de la economía mexicana ajustando el nivel de 1.7% anual a 1.2% anual para este 2019 ante un deterioro en la actividad económica y la situación de Pemex, pero lo más crítico que comenta es que prevé más recortes al gasto público.

“Los ingresos públicos pueden ser inferiores a los estimados por el Gobierno federal y generará la necesidad de nuevos recortes para mantener la disciplina fiscal a la que se han comprometido el presidente Andrés Manuel López Obrador y su equipo económico”. En este caso, la pregunta será si afectará algunos programas sociales y, en su caso, cuáles. Ha estado reduciendo el gasto administrativo del sector público, ajustando puestos de trabajo en casi todas las dependencias, así como redujo al mínimo las prestaciones de servidores públicos.

La falta de predictibilidad de las políticas públicas está afectando la confianza de los inversionistas y las perspectivas de crecimiento. Estamos esperando con “urgencia” el Plan de Negocios de Pemex. Cada peso utilizado deberá buscar mejorar la rentabilidad en el corto plazo e implica la necesidad de incrementar la producción diaria de crudo, así como la necesidad de pago de vencimientos de deuda.

En general, Moody’s coincide con la expectativa del mercado y de otras instituciones de un bajo nivel de estimación de crecimiento ante un entorno internacional afectado por el proteccionismo comercial y aspectos internos, en donde la inversión y el consumo se han ido mermando conforme transcurre el año y la falta de Estado de Derecho, el aumento en la inseguridad, las decisiones políticas y “unilaterales”, la falta de ratificación del T-MEC por el Congreso americano, más el riesgo Trump, ahora acerca de la imposición de aranceles, inhiben la confianza sobre inversiones a largo plazo.

Parece que el compromiso del CCE con el Presidente de invertir 32 mil millones de dólares en este año será difícil de cumplir bajo dichas condiciones.

Cortesía de 24 HORAS

Inicia la Fed período de decisiones de política monetaria

Este próximo miércoles, la Fed dará a conocer su decisión de política monetaria. Una economía que viene mostrando signos claros de una desaceleración, pero aún lejos de la baja en los ritmos que reflejan China, Europa y Japón.

El presidente Donald Trump y parte de su gobierno han presionado a los miembros de la Fed, principalmente a Jerome Powell para que baje las tasas de interés ante la falta de inflación y siga impulsando la actividad económica del país.

Se avecinan tiempos políticos importantes en Estados Unidos con el inicio de campaña este día para su reelección del presidente Trump, en medio de algunas encuestas donde demócratas vienen liderando.

La economía global mantiene un proceso de desaceleración impactada por disputas comerciales y temas geopolíticos generados por el mismo Gobierno americano, lo que ha aumentado los riesgos de mayor volatilidad en los mercados de bonos y acciones, así como temores sobre el crecimiento global de la economía.

A pesar de mantener un mercado laboral fuerte y una inflación cerca de su objetivo de 2%, la Reserva Federal dijo que responderá “apropiadamente” a los riesgos derivados de la guerra comercial y otros eventos, lo que abre la puerta a una nueva baja en la tasa de interés.

La economía generó 75 mil plazas nuevas en mayo, muy por debajo del promedio de los últimos 12 meses de 194 mil plazas. Creemos que faltarían algunos datos adicionales que ayuden a mostrar si el empleo pierde ritmo. Consideramos que un promedio debajo de 150 mil plazas sería una alerta crítica de desaceleración.

No hemos visto hasta el momento algún indicador en zona de “contracción”, varios mostrando desaceleraciones claras y una inflación en zona objetivo de 2.0% anual.
Los futuros en el mercado muestran que en junio, las probabilidades de una baja en la tasa de interés son bajas. Para julio, se incrementan muy fuerte y para septiembre tiene ya más de 90% de probabilidades de hacerlo.

Aún queda pendiente el desarrollo del conflicto comercial con China. A pesar de las presiones de Trump, el Gobierno chino parece tomar las cosas con calma y extender las negociaciones, lo que sea necesario para no ceder a las presiones.

También en el caso con México siguen transcurriendo esos 45 días críticos en el tema de control migratorio. Trump quiere que México sea “el tercer país seguro” y le quite fuertes presiones sociales e, inclusive, económicas o, de lo contrario, vendrá la imposición de aranceles de 5% y hasta 25% a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos.

También, el Gobierno americano tiene abiertos otros conflictos geopolíticos con Rusia e Irán, entre otros. Pero aún falta ver el desenlace de los mismos, así como meses político-electorales que el Gobierno americano deberá llevar.

La Fed siempre ha sido cuidadosa, y consideramos que ni en junio ni en julio tendría los elementos suficientes para bajar la tasa de interés. Nos inclinamos más hacia septiembre, ya con más información de los riesgos sobre la economía, el empleo y la inflación.

Cortesía de 24 HORAS

Cuidado con el tipo de cambio nuevamente

El Gobierno federal, inversionistas y la misma sociedad debemos estar preparados para unos meses complicados en nuestra relación con Estados Unidos por los tiempos político-electorales que ya han iniciado. Donald Trump aspira a reelegirse por parte de los republicanos.

A pesar de que las elecciones presidenciales serán en noviembre de 2020, ya arrancaron las precampañas de republicanos y demócratas, teniendo a Donald Trump como principal figura hasta ahora.

Aprovechando sus funciones presidenciales a favor de “los americanos”, sus amenazas en materia económica, política, social y de seguridad darán mucho de qué hablar vs. países como China, México, Venezuela, Zona Euro, Irán, Norcorea, Siria, Turquía y algunos nuevos seguramente.

En nuestro caso, esta amenaza arancelaria permanecerá por un tiempo. El costo que empresas o Gobierno tengan que pagar lo venderá como parte de un pago parcial o total del muro. La migración y el narcotráfico serán temas relevantes seguramente. Por ello, es sumamente importante que la implementación para el control migratorio deba hacerse “muy bien”.

Como sectores de gran exportación de México a Estados Unidos destaca el automotriz y después el de electrónica, donde hasta algunas empresas pudieran ser atacadas como lo ha sido en el caso de China y Huawei, por ejemplo.

Con el riesgo de una economía mundial en clara desaceleración, incluyendo a Estados Unidos, sumemos la incertidumbre sobre la ratificación del T-MEC por parte del Congreso de la Unión Americana, el Plan de Negocios de Pemex, el deterioro en la calidad crediticia de la Nota Soberana del país, la de Pemex y la CFE, entre otros, el riesgo de una recesión técnica o de mínimo crecimiento económico, el control en la disciplina fiscal, es probable que las propias estimaciones que hizo la Secretaría de Hacienda en el presupuesto 2019 de un tipo de cambio peso-dólar en $20.0 interbancario sea factible verlas hacia el final de 2019.

Técnicamente consideramos que los niveles bajos de $19.10-$18.95 están muy fuertes como soporte, y poco a poco busque dirigirse hacia una zona de $19.35 a $19.60, que fue el beneficio inicial hace unos días tras conocer que el Gobierno americano postergó indefinidamente la imposición de 5% en los aranceles a las importaciones mexicanas.

Hemos visto que a pesar del gran “spread” entre las tasas de interés de México y Estados Unidos, en cualquier aversión al riesgo, el tipo de cambio seguirá siendo la válvula de escape. Niveles de $20.30 no pueden descartarse en los próximos meses, estimando además que la Fed podría estar ajustando la tasa de interés.

Hay que considerar que cualquier imposición de aranceles, el tipo de cambio equilibrará la operación de exportadores e importadores, y por ello se verá volátil.

 

Cortesía de 24 HORAS

Independientemente del tema de aranceles, la economía sigue enfriándose

Después de una semana de mucha información y análisis con diversos puntos de vista ligados al tema de los aranceles, el costo de haberlos impuesto vs. el costo de controlar y reducir la migración muestran una buena decisión por parte del Gobierno, siempre y cuando la “implementación” para el control sea positivo. Al Gobierno federal sí le importó el precio y las consecuencias de una y otra medida.

Ahora que la economía sigue exhibiendo un claro enfriamiento y que día a día genera nuevas señales de deterioro, el Gobierno debería reflexionar sobre los riesgos de la falta de participación del sector privado en inversiones de largo plazo y la caída en el consumo.

Tanto el sector privado como las propias calificadoras han hecho énfasis de algunos proyectos de inversión que busca el Gobierno federal con decisiones políticas más que económicas.

De no retornar la “confianza” de inversionistas, el riesgo de un bajo o nulo crecimiento de la economía tendrá un efecto futuro y será la “menor” recaudación de impuestos que acarreará consecuencias sobre la disciplina fiscal. El Gobierno hacia 2020 deberá evaluar entre seguir recortando el gasto público y/o programas sociales o tomar la decisión de aumentar la deuda pública.

Los mercados se mantienen relativamente tranquilos hasta el momento, beneficiados por la expectativa de la Fed que podrá reducir la tasa de interés entre julio y septiembre. Pero esta decisión no sería gratuita. Respondería a los riesgos que estaría enfrentando su economía respecto al proteccionismo comercial.

Lo decimos porque la desaceleración económica en Estados Unidos impactará seguramente el buen desempeño hasta el momento del intercambio comercial entre ambos países, que es quizá la variable que contribuye en mayor medida al tímido crecimiento de nuestra economía.

Por eso consideramos oportuno que el Gobierno federal reflexione sobre las inversiones, evalúe el riesgo sobre la necesidad de que sean inversiones productivas que detonen una recuperación de corto plazo de la economía y que invite, a través de una confianza responsable, a inversionistas nacionales y extranjeros en un momento importante por el entorno internacional.

Se necesita urgentemente mejorar el nivel de seguridad en todo el territorio y respetar el Estado de Derecho.

Si se quiere crecer en los siguientes años a 4.0% anual como lo ha comentado el presidente Andrés Manuel, requieren de un fuerte empuje desde ahora hacia la inversión y el consumo. Que la generación de empleos retome su rumbo y México pueda sobreponerse al clima de proteccionismo comercial y resista los embates que el presidente Donald Trump, en su intento por reelegirse, asestará a nuestro país.

Ya tocó el tema migratorio y nos da 45 días para cumplir los acuerdos. Pero en un principio habló de migración y narcotráfico. Este segundo punto no se tocó por ahora, pero pudiera ser un tópico futuro dentro de su ambiente político-electoral.

Cortesía de 24 HORAS